El Banco de España rechaza el uso de medidas que frenen los ajustes

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha lanzado al Gobierno y a los agentes sociales el mensaje de que las negativas consecuencias de las crisis económicas hay que padecerlas, «por dolorosas que sean». Para que los malos tiempos pasen antes, no hay que sucumbir a la tentación de aplicar o demandar políticas que traten de evitar los ajustes, porque con ellas sólo se lograría retrasar la ansiada recuperación, aseveró. Por eso pidió mayor «audacia» tanto a las autoridades al abordar las reformas como a los agentes sociales en la fijación de los salarios y en la flexibilización de las condiciones de trabajo. A la banca le recomendó un mayor control de costes y riesgos, así como reforzar el importe y la calidad de sus recursos propios. Fernández Ordóñez -de baja durante las últimas semanas por haber sido operado de apendicitis- aprovechó un almuerzo conferencia organizado en Sevilla por El Correo de Andalucía para adecuar el «recetario» del informe anual que presentó en julio ante el Consejo del Banco de España a la nueva y cada vez más dura realidad económica. Insistió en que la banca española ha sido «absolutamente ajena» a las causas de la crisis financiera, pero reconoció que las entidades se enfrentan a retos difíciles, por la sequía de los mercados y la reducción de su negocio. Minimizó, no obstante, el aumento de la morosidad de bancos, cajas y cooperativas de crédito como algo que cabía esperar y está aún lejos de alcanzar niveles alarmantes. También quiso transmitir alguna señal de aliento y confianza. La economía española tiene unas bases productivas mucho más sólidas que en el pasado, la equiparación con la renta media europea difícilmente será reversible y la estabilidad macroeconómica está garantizada. La tasa de inflación probablemente se acercará «mucho más» a la media europea en los años 2009 y 2010,