La UE quiere que el G-20 vigile de cerca las agencias de «rating»

Las agencias de calificación de riesgo que operen en Europa van a verse sometidas a estrictas normas si prospera, como parece previsible, un proyecto de Reglamento propuesto ayer por la Comisión europea a los Estados miembros, en el marco de la crisis financiera internacional. Comúnmente acusadas de no haber anticipado el riesgo de las hipotecas norteamericanas basura, en las que se sitúa el origen de la actual crisis, las agencias de calificación de riesgo crediticio van a ser objeto de una profunda renovación estructural en Europa. En primer lugar, estas agencias no podrán desempeñar funciones de asesoría, tendrán que publicar modelos, métodos e hipótesis sobre las que basen sus calificaciones, publicarán también un informe de transparencia anual identificando a sus clientes principales (aquellos de los que reciban más de un 5% de sus ingresos) y deberán poner en marcha un mecanismo de control interno de calidad. Además, en sus respectivos consejos de administración o de vigilancia deberá haber tres personas al menos cuya remuneración no dependa de los resultados de la agencia, que serán nombrados para un único mandato de un máximo de 5 años de duración. Al menos uno de ellos tendrá que ser experto en titulización y crédito estructurado. Las agencias de calificación estarán sometidas a supervisión por los organismos que vigilan los mercados financieros a escala nacional. Es, por lo tanto, un modelo nacional de supervisión para el día a día el contemplado por la propuesta comunitaria. Pero está abierta la vía a la cooperación transfronteriza de reguladores. Los de otro estado miembro que aquel en el que opere la agencia estarán facultados para actuar contra las subsidiarias instaladas en sus territorios en circunstancias excepcionales. Por último, el Comité Europeo de Reguladores de mercados de Valores actuará como registro primario para la inscripción de las agencias y como foro de discusión de iniciativas legislativas de rango europeo. La propuesta comunitaria no introduce un formato único de calificación de crédito, pero sí define las maneras de presentarlo. Los supervisores no verificarán las calificaciones emitidas por las agencias. El reglamento sobre agencias de calificación forma parte de una batería de actuaciones legislativas forzadas o aceleradas por la crisis financiera.