Diario de León

El escueto comunicado de sus representantes en la cumbre no se pronuncia sobre los acuerdos

Obama aplaude la reunión del G-20 y promete trabajo desde la unidad

Los emisarios enviados por el presidente electo mantuvieron contactos con 17 países

Publicado por
Mercedes Gallego - nueva york
León

Creado:

Actualizado:

Un escueto comunicado de sus enviados a la cumbre del G-20, la exsecretaria de Estado Madeleine Albright y el ex congresista republicano Jim Leach, daba el sábado el visto bueno de Barack Obama a los esfuerzos del mundo por encontrar soluciones a la crisis, y prometía que se sumará a ellos cuando asuma la presidencia. «El presidente electo cree que la cumbre del G-20 que reúne a los líderes de las mayores economías del mundo es una importante oportunidad para buscar una respuesta coordinada a la crisis financiera global», dijeron. «También trasmitimos su determinación de seguir trabajando juntos en esos desafíos una vez que ocupe el cargo en enero». No se manifestaban sobre ninguno de los puntos de acuerdo reflejados en las 11 páginas de declaración final, que ha superado las expectativas de los más escépticos y decepcionado a quienes esperaban medidas concretas, en lugar de una lista de objetivos. Obama, que se encontraba en Chicago, ni siquiera conocía entonces el contenido de la declaración ni de los contactos que mantuvieron sus emisarios con los líderes de 17 países. Nuevo desplante a España Entre ellos no estuvo España. El gobierno español justificó ese desplante argumentando que Zapatero ya había hablado por teléfono con el futuro presidente de EEUU en quien tiene puestas sus esperanzas de reconciliación, pero en realidad también lo habían hecho otros, como Silvio Berlusconi, que pese a su hiriente sarcasmo estuvo el sábado entre los privilegiados. El ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos tendrá esa oportunidad el miércoles cuando acuda a Washington para despedirse de la secretaria de Estado Condoleezza Rice y reunirse con Albright. Con el comunicado ya frío, salían a la luz los tiras y aflojas que se habían dado en ese Museo del Edificio Nacional, donde Hillary Clinton anunciase el final de su campaña hace seis meses. Algunos los contó el propio Nicolás Sarkozy en una concurrida conferencia de prensa. «Soy amigo de EEUU, pero si me preguntáis si fue fácil, no, no fue fácil», reconoció. «EEUU es el poder número 1 del mundo. ¿Es el único? No, no lo es». Su amigo George W. Bush se negó en redondo a la creación de un órgano supranacional que coordine las regulaciones financieras, lo que incluso países como Canadá interpretaron como un atentado a su soberanía nacional. El párrafo en el que los líderes mundiales se comprometen a evitar medidas proteccionistas fue el más debatido, arrastrando las negociaciones de los representantes hasta las 11 de la noche del viernes, cuando ya los líderes mundiales habían vuelto a sus hoteles. Bush, triunfador en la cumbre Muchos de ellos consideraron que el plan de Obama para rescatar a la industria automovilística de EEUU es una medida proteccionista que contradice el espíritu de lo que estaban firmando, lo que explica que Bush esté dispuesto a dejarla morir. El mandatario estadounidense fue el gran triunfador de la cumbre al lograr que todos se comprometieran a defender el libre mercado y evitar una excesiva regulación que le ponga freno. Sarkozy, por contra, se creó enemigos aunque generase más atención que ninguno. «Allí estaba todo el mundo sobre la mesa intentado llegar a un acuerdo, mientras Sarkozy intentaba escribir el mundo según Sarkozy. Eso no ayudaba», protestó una alta fuente diplomática a The Washington Post. El francés que generó grandes expectativas sobre la cumbre ideada por él se justificó en que Bretton Woods necesitó cuatro años de preparación y ésta tuvo tres semanas.

tracking