El Gobierno belga dimite en pleno por el escándalo Fortis
efe | bruselas
El escándalo desatado por las supuestas presiones al tribunal encargado del caso Fortis dio ayer el golpe de gracia a un Gobierno que mostraba claros signos de debilidad desde su puesta en marcha. La dimisión del ejecutivo en pleno -”que para ser efectiva debe todavía ser aceptada por el Rey Alberto II-” se produce año y medio después de unas elecciones legislativas que abrieron una grave crisis política en el país y aumentaron la división entre las dos comunidades, flamenca y francófona.
El primer ministro, el democristiano flamenco Yves Leterme, vencedor de los comicios del 10 de junio de 2007, tardó nueve meses en formar una coalición de Gobierno, debido a las resistencias de los partidos francófonos a aceptar las exigencias de los flamencos de acometer una reforma institucional que diera más competencias a las regiones. Leterme renunció en dos ocasiones (en agosto y diciembre de 2007) a la tarea de formar un equipo de Gobierno, pero finalmente, en febrero, consiguió poner de acuerdo en torno a un programa a los democristianos y liberales flamencos y francófonos y a los socialistas francófonos.
No obstante, las dificultades para llevar a cabo la prometida reforma institucional volvió a colocar al ejecutivo al borde la ruptura.