Una brecha que ya es división interna

madrid

Los Congresos de CC.OO. nunca han sido tranquilos por diversos y variados motivos, pero en ninguno la incertidumbre ha durado tanto como en la 9ª Asamblea. El peso de las dos corrientes existentes, la liderada por José María Fidalgo y la encabezada por Ignacio Fernández Toxo, es tan equilibrado, incluso después del proceso confederal, que la tarea más complicada que le queda al nuevo secretario general es la de construir sin fisuras un rompecabezas muy difícil de casar. Y, para ello, es preciso no perder tiempo.

El

se ha convertido en vital dentro de CC.OO., el principal sindicato del país. La comisión ejecutiva está compuesta por 43 miembros, 10 más que en el mandato anterior y poner mínimamente de acuerdo a tantas personas es una ardua labor.

Algunos delegados comentaban en pasillos que CC.OO. no llegará con los actuales órganos de dirección a 2012, año en el que se celebrará el X Congreso. Sin identificarse para «no levantar nuevas heridas» aseguraban que el sindicato «puede saltar por los aires» en próximos meses, puesto que a la crisis interna «que desde luego no ha quedado resuelta» se suman las dificultades añadidas del declive económico internacional, que tanta repercusión negativa tiene en España.

Además, CC.OO. debe afrontar otras responsabilidades exteriores para las que necesita criterios adoptados por amplia mayoría, que no dejen traslucir su brecha interna.

Urge llegar, junto con UGT, a un acuerdo con las patronales Ceoe y Cepyme para firmar un nuevo pacto-guía, con las líneas generales a aplicar en la negociación de los convenios colectivos de 2009. Estos acuerdos existen desde el año 2002 y, entre otras cuestiones como la moderación salarial, conllevan paz social, algo muy importante para las organizaciones empresariales y para el propio Gobierno. No obstante, nunca se han debatido en un escenario de crisis económica.