La crisis dispara el ahorro de los hogares hasta el 23,7% de su renta

madrid

La incertidumbre generada por la crisis económica y el miedo a perder el empleo han disparado el ahorro de las familias españolas hasta niveles insospechados hace sólo unos meses. En el cuarto trimestre del 2008, a medida que los efectos del crack financiero se trasladaban a la economía real en forma de paro y recortes en las empresas, la tasa de ahorro de los hogares aumentaba con rapidez, hasta alcanzar el 23,7%, cifra 3,7 puntos superior a la de hace un año. Desde la creación de este registro, en el 2000, nunca las economías domésticas habían atesorado tantas reservas por temor al futuro inmediato.

Los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral de los sectores institucionales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que la renta de las familias aumentó entre octubre y diciembre del 2008 en 7.969 millones de euros, un 4,3%, hasta los 192.908 millones. Sobre el uso que los hogares han hecho de esas rentas, una vez más el INE destaca el encogimiento del consumo, que cayó un 0,6%, y elevó el ahorro hasta los 45.937 millones, en cifras absolutas.

Los períodos móviles de cuatro trimestres, que permiten apreciar las tendencias, muestran un repunte de 1,1 puntos en la tasa de ahorro doméstico, hasta el 13% de la renta disponible. En el conjunto del 2008, la tasa alcanza la misma proporción, aunque en este caso el aumento es mayor, 2,8 puntos, porque los ingresos brutos de los hogares crecieron un 7%, mientras que su gasto en consumo sólo creció un 3,9%. El ahorro generado en esos doce meses alcanzó los 93.307 millones.

Como resultado de la actuación de todos los sectores institucionales, la economía nacional presenta una necesidad de financiación frente al resto del mundo de 21.475 millones en el cuarto trimestre de 2008. Esta cifra representa el 7,6% del PIB, dos puntos menos que la estimada para el mismo período del año interior. Esa reducción del déficit exterior parece una buena noticia en términos macroeconómicos, pero esconde una cara siniestra: una gran disminución de la inversión y también de las importaciones (que cayeron un 13,9% en el cuarto trimestre) fruto del frenazo en el consumo y en la actividad. La confianza mejoró en marzo, sobre todo, por la subida de 8,3 puntos del indicador parcial de expectativas, hasta los 79,3 puntos. El indicador de situación, que refleja lo que los encuestados piensan del momento actual -”y que cayó a plomo en los cinco meses anteriores-” mejoró 1,9 puntos, hasta situarse en 28,2.

Aunque menor, su avance no es menos significativo, pues refleja que los españoles empiezan a dejar atrás el pesimismo. Martínez confió en que en el futuro se producirán nuevas subidas, aunque no descartó altibajos motivados por algún dato negativo que desanime a la opinión pública. A su juicio, el país vive en estos momentos la fase más aguda de la recesión, por lo que en meses sucesivos -”espera-” el desplome económico se atenuará.