CCM registró el pasado año «muy importantes pérdidas» y era objeto de seguimiento desde el 2003
madrid
El proyecto de creación de algún instrumento para que las cajas de ahorros puedan ampliar capital de manera similar a como lo hacen los bancos, una de las medidas de la «batería» que preparan en sintonía el Gobierno y el Banco de España, levanta fuertes recelos de los nacionalistas, temerosos de una nueva regulación.
El gobernador del instituto emisor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que acudió a la Comisión de Economía del Congreso para explicar la intervención de Caja Castilla- La Mancha, escuchó duras palabras del portavoz de CiU. Josep Sánchez Llibre consideró «inadmisible e insultante» que «episodios de lucha por el poder político» o «una mala gestión continuada» -”en referencia a Caja Madrid y CCM, respectivamente-” conduzcan a un cambio que invada las competencias autonómicas.
Fernández Ordóñez explicó que la caja castellano manchega incurrió en «pérdidas muy importantes, aunque sensiblemente inferiores de las cifras publicadas», en el 2008. La entidad comunicó a la organización del sector unas ganancias de 30 millones de euros, pero la auditoría y la inspección aún siguen trabajando para evaluar los números rojos que tendrá que presentar oficialmente.
Con todo, no alcanzarán los 800 millones que se han llegado a mencionar.
Desveló el gobernador que la caja de ahorro era objeto de seguimiento especial desde al menos el año 2003, por su inadecuada gestión del riesgo y la potente expansión en el negocio inmobiliario, financiada con recurso a los mercados de renta fija internacionales.