De rompe y rasga. De valía personal indudable —nadie se mantiene 40 años sin ella en cargos políticos—, Juan Morano pasará a la historia por haber urbanizado el viejo León, por prender la chispa del leonesismo contra Valladolid y por sus variadas y llamativas escenificaciones de protesta, incluida una huelga de hambre, un desplante a un presidente de la Junta ante el Rey y sus negativas a la guerra de Irak y a los recortes de ayudas al carbón, a contracorriente de su partido. Fue indómito.. Díscolo, controvertido, defensor de la libertad de voto, líder de tremenda fuerza y precursor del leonesismo, su figura marcó la política leonesa en todos los ámbitos durante más de 33 años.