Primout ya ha quemado cuatro vidas y quizás siete no sea el límite, tal vez sea inmortal. Desde luego, su capacidad de supervivencia ha quedado demostrada después del abandono total, la revuelta hippie, la reconstrucción y la integridad actual. Allí donde un día el aislamiento fue un problema y hoy es una bendición, allí donde reina el silencio y huele a pueblo original, allí donde se puede disfrutar de las cosas pequeñas que hacen grande la vida, allí es donde hay que ir esta primavera y volver cuando se quiera porque allí seguirá Primout