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Reportaje | carmen tapia

«Salió a buscar al niño y eso le salvó»

Un matrimonio leonés regresa de Puerto Príncipe tras permanecer tres noches a la intemperie como consecuencia del terremoto de Haití, donde viven desde hace dos años

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León

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La abogada del Fondo de Población de la ONU, Mar Muñoz, su marido, Ricardo Ruiz, empleado del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, y su hijo de siete años han regresado a León tras vivir en Puerto Príncipe el horror del terremoto que ha asolado la isla caribeña. Mar se repone en casa de sus padres en León de una gripe y de la dura experiencia vivida durante tres días, hasta que la familia fue trasladada el sábado a España en un avión del ejército. Su madre, la doctora Felisa Doyague Tranche, y su padre, el doctor Manuel Muñoz, ex jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital, la protegen de la presión de la prensa tras conocerse la experiencia de este matrimonio leonés. «Mi hija fue a trabajar el día del terremoto para acabar un informe» -” cuenta su madre, Felisa Doyague-” «pero acabó pronto y salió a recoger a su hijo al colegio, eso fue una suerte que ha podido salvarle la vida. El niño y ella estaban en su casa cuando ocurrió el terremoto».

Su marido, el abogado Ricardo Ruíz, de padres españoles pero nacido en Chicago, trabajaba en el despacho del edificio que se vino abajo tras el seísmo, pero salió ileso. «Han estado tres noches durmiendo a la intemperie, por miedo a las consecuencias de las réplicas que se sucedieron tras el fuerte temblor», cuenta su madre.

Pese al horror vivido, la familia Ruíz Muñoz tuvo suerte. El barrio en el que residen en Puerto Príncipe, situado en la periferia de la ciudad, es una urbanización de élite. «Los vecinos se organizaron bien y se alimentaron durante tres días de la comida que tenía cada uno en sus casas, que ponían en común», relata Felisa, «mi hija dice que está muy agradecida a un vecino holandés, que se encargó de la organización y otros uruguayos, que se portaron estupendamente. También había haitianos y todos colaboraron para salir adelante».

El matrimonio quiere volver a Haití. «Ellos están acostumbrados a viajar mucho porque siempre han trabajado en ésto».

De hecho, Ricardo Ruíz ya no está en León. Viajó ayer a Madrid para «explicar la situación» a sus jefes «pero él quiere volver cuanto antes», asegura Felisa, «quiso quedarse en Haití tras el terremoto, pera ayudar desde allí dentro, pero no había ninguna oficina desde la que trabajar».

El que pone más pegas es el hijo del matrimonio, que no quiere pisar suelo haitiano por la experiencia vivida, «y eso que mi hija no le dejaba ver todo el horror que había a su alrededor, para protegerlo», afirma la doctora.

«El ánimo de mi hija está bien, pese a la experiencia vivida, está fuerte psicológicamente».

Según datos del gobierno haitiano, hasta unas 200.000 personas han muerto por causa del terremoto, de las cuales 70.000 han sido ya enterradas, muchas de ellas en fosas comunes. La OMS ha insistido en que no se entierre a las víctimas de ese modo, porque los cuerpos no son identificados.

La descoordinación en el reparto de las ayudas y el riesgo de epidemias por la falta de higiene son los retos inmediatos en el país.

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