«Escuchamos un susurrín»

El bombero leonés Óscar Vega Carrera, miembro del parque de bomberos de Valladolid, explicó ayer tras aterrizar en Barajas cómo tras una dura jornada, ya entrada la noche, el grupo de rescatadores que trabajaban en la zona de la universidad de Puerto Príncipe, la capital de Haití, decidió acercarse a la casa donde un ciudadano les había dicho que se encontraba atrapado un niño. Después de escuchar signos de vida baja las ruinas, emprendieron el rescate que les llevó una dos horas.

Así lo explicó este bombero de 32 años natural de la localidad leonesa de Valderas. Aseguró que la fotografía tomada del momento del rescate, que dio la vuelta al mundo, representa tan sólo el culmen del trabajo de agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y de los bomberos de la Comunidad de Madrid. Destacó, sobre todo, la reacción de los haitianos, que según indicó, tras el feliz acontecimiento le rodearon y comenzaron a cantar y saltar «eufóricos».

De este modo, este bombero, que trabaja para el parque del consistorio vallisoletano desde hace más de un año, se convirtió en protagonista de la labor que realizó en Haití el grupo español. Además, Óscar Vega Carrera explicó que los haitianos se acercan a los cooperantes y rescatadores para pedir ayuda para sacar de los escombros a otros ciudadanos. Sin embargo, aseguró sentirse abrumado y «mareado» por la atención suscitada en España. Por ello, señaló que desea abrazar a su familia y «desconectar» antes de reincorporarse a su puesto.

Asimismo, no olvida la jornada del 15 de enero, el día en que se produzco el rescate del niño, una de las dos personas con vida que sacaron de los escombros los bomberos de la comunidad. Indicó que tras revisar una comisaría no encontraron a ninguna persona con vida, tan sólo muertos. Por ello, fueron trasladados a la universidad, donde se estimaba podría haber 63 atrapados. Cuando se encontraban trabajando en el lugar, un hombre se acercó para pedir ayuda. «Aunque era ya de noche, antes de marcharnos nos acercamos a la casa y escuchamos u n susurrín», recordó. El rescate se prolongó por espacio de dos horas, aunque aseguró que cuando estaba inmerso en el rescate perdió la noción del tiempo.

Por su parte, el coordinador del Grupo Francisco Pérez Rivas apuntó que fue la imagen más «positiva» de la misión, que guardará en la memoria. Sin embargo, recalcó que el verdadero protagonista es el niño, un «superviviente», no los rescatadores. Por el contrario, lamentó la suspensión del rescate de una joven por motivos de seguridad. Remarcó que el grupo fue el único que no se replegó y revisó la zona tras la última sacudida.