Piñera asume el poder en Chile en medio de notables réplicas del seísmo
Bachelet deja el puesto con una gran popularidad en manos del nuevo presidente, quien juró su cargo ante el presidente del Senado, acto al que acudió el príncipe Felipe
El príncipe Felipe reacciona ante el terremoto de ayer.
En medio de fortísimas réplicas del terremoto y de una nuevo alerta de tsunami, se despidió ayer en Chile la presidenta socialista Michelle Bachelet y asumió el cargo su sucesor, el flamante mandatario derechista Sebastián Piñera.
El adiós de la primera presidenta de Chile, que se va arropada por una gran popularidad, colocó en segundo plano a Piñera que tomó posesión en una ceremonia austera signada por los más fuertes temblores desde el violento sismo del 27 de febrero que estuvo seguido de un maremoto devastador.
El primer gran temblor, que marcó 6,9º en la escala de Richter, se manifestó a pocos minutos del ingreso de la presidenta saliente y su sucesor a la sede del congreso en la ciudad costera de Valparaíso, 130 kilómetros al noroeste de Santiago, capital chilena. Hubo temor y algunas carreras pero el acto no se interrumpió. Le siguieron varias réplicas superiores a 6º durante el traspaso del mando y una alerta de maremoto que, esta vez sí, la Armada emitió con celeridad, llamando a los chilenos de ciudades costeras a evacuar los poblados con calma y a refugiarse en los cerros.
Bachelet tuvo su último acto protocolario en Valparaíso luego de que Piñera fuera proclamado presidente. El salón estaba colmado de autoridades, legisladores, ex presidentes de Chile y gobernantes extranjeros, entre ellos el príncipe Felipe que llegaba al edificio del congreso cuando se produjo la réplica más fuerte.
Se hizo presente la presidenta argentina, Cristina Fernández, que dijo haber venido «a despedir a una amiga». El flamante presidente de Uruguay, José Mujica. El paraguayo Fernando Lugo, su par de Bolivia, Evo Morales, que en la víspera jugó al fútbol con Piñera. El presidente de Colombia Álvaro Uribe, el de Perú, Alan Garcia, y el de Ecuador, Rafael Correa. Se excusaron el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el venezolano Hugo Chávez, entre otros.
El senador Jorge Pizarro, presidente del Senado, le tomó juramento a Piñera, le quitó la banda presidencial a Bachelet y se la colocó al nuevo jefe de Estado. Luego Bachelet invistió a Piñera con la piocha de Bernardo O-™Higgins, padre de la Patria, que simboliza la transmisión del poder y se marchó en medio de una ovación.
Antes la ahora ex presidenta había tenido su momento final e íntimo en La Moneda, sede de la presidencia en Santiago. Allí Bachelet, con la voz quebrada, admitió ante sus colaboradores que sentía «una mezcla de emociones» y que estaba «triste» pero «muy orgullosa» a un tiempo. «Voy a salir por la puerta grande. Triste por el dolor de mucha gente pero también con la frente en alto y tranquila. Estoy muy orgullosa de lo que hemos sido capaces de construir como sociedad», les dijo.
En un caso sin precedentes en la historia democrática de este país, la presidenta deja el cargo con una popularidad del 84 por ciento.
