Una gran manifestación da 24 horas al Gobierno tailandés para que renuncie
Los «camisas rojas» demandan el regreso al poder de Shinawatra y amenazan con parar la actividad oficial, mientras el Gobierno puede declarar el estado de excepción
El frente de los llamados «camisas rojas», que ha reunido en Bangkok a unos 100.000 manifestantes, dio ayer al Gobierno de Tailandia un plazo de 24 horas para renunciar, disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas.
Con ese ultimátum también llegó la amenaza del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura de marchar sobre los lugares estratégicos de la capital tailandesa con la finalidad de paralizar la actividad del Gobierno y en los organismos oficiales.
«Si no recibimos una respuesta dentro del plazo que hemos dado, vamos a marchar por las calles de Bangkok», anunció a los miles de manifestantes Nathawut Saikua, considerado uno de los dirigentes del ala dura de los «camisas rojas», conocidos con ese nombre debido a que se distinguen por vestir prendas de este color.
El Frente, en un comunicado dirigido a la «marea roja» que tapiza una extensa zona del casco viejo de la urbe donde planea acampar durante varios días, calificó al Ejecutivo de títere del estamento militar que en septiembre del 2006 depuso al ex primer ministro y multimillonario Thaksin Shinawatra, el icono en el exilio de los manifestantes.
En medio de un creciente clima de tensión, el jefe del Ejecutivo tailandés y líder del Partido Demócrata, Abhisit Vejjajiva, indicó a la prensa que su Gobierno declarará el estado de excepción en Bangkok en caso de que las manifestaciones antigubernamentales pongan en riesgo la seguridad. La medida da al Ejército poder para hacerse con el control de la seguridad en caso de disturbios en la capital tailandesa.
En caso de aplicarse el estado de excepción, el Gobierno puede anular el derecho de asamblea pública y el cierre de aquellos medios de comunicación locales que «inciten a la violencia».
Vejjajiva, que gobierna con el apoyo de una coalición de partidos liderados algunos por políticos propensos al transfuguismo, reiteró que un hipotético golpe de Estado empeorará todavía más la crisis en la que Tailandia está sumida desde la última asonada militar.
«Si hay un golpe de Estado, este Gobierno será desalojado del poder y los manifestantes tendrán que continuar con las protestas, supondrá agravar el conflicto», apuntó el jefe del Ejecutivo.
Las autoridades desplegaron en Bangkok a más de 50.000 efectivos de la policía y el Ejército para evitar que se repitan incidentes similares a los ocurridos el pasado abril, cuando dos personas murieron y unas 120 resultaron heridas durante otra campaña de protestas llevada a cabo por los «camisas rojas», cuyo objetivo final es abrir un cauce para el regreso de Shinawatra a su país.