Irán ignora la oferta de Obama y afirma que se mantendrá firme
Irán se mantendrá «firme» en la senda que ha elegido y «cercenará las manos de sus enemigos» que lo amenacen, reiteró el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. El mandatario volvió a recurrir a su oratoria más dura apenas 48 horas después de que Barack Obama, renovara su oferta de dialogar con el régimen iraní si éste se decide a «abrir el puño».
Ahmadineyad insistió de nuevo en su idea de que su país sufre un acoso exterior desde que el pasado verano cientos de miles de personas salieran a las calles del país para protestar contra su reelección, que la oposición reformista ha calificado de fraudulenta. Al hilo de este argumento, recalcó que los controvertidos comicios del 12 de junio «fueron un verdadero ejemplo de democracia para el mundo». «La nación iraní protegerá su seguridad nacional con toda su fuerza y actuará con decisión para cortar aquellas manos sucias que quieran perjudicarle».
Objetivos claro . «El voto de la nación en las presidenciales marcaron el camino que el Gobierno debe tomar. El enemigo trata de ocultar el éxito arrojando arena, pero en realidad lo que hacen es arrojar esa arena en sus propia cara», argumentó. «Pero deben ser conscientes de que la nación iraní está ahora más determinada que el pasado año a alcanzar sus grandes objetivos», aseguró.
Ahmadineyad gobierna desde el pasado junio en medio de la mayor crisis política y social que sufre Irán en sus treinta últimos años de historia, y que ha divido el país.
Las protestas de la oposición no han cesado en estos meses pese a la violenta represión policial y el encarcelamiento de miles de personas, entre ellas ex miembros del anterior gabinete reformista, responsables de la oposición, periodistas, artistas y activistas de los derechos humanos.
Alrededor de noventa de ellos han sido ya condenados a diversas penas de cárcel por tribunales revolucionarios, acusados de delitos como propaganda en contra del régimen o colaboración con potencias extranjeras para derrocar el régimen.
Además, casi una decena de ellas han sido condenado a muerte bajo la acusación de ser «enemigos de Dios».
Ahmadineyad, que ha colocado a sus aliados más cercanos en los principales puestos del Gobierno, afronta, asimismo, una fuerte oposición en contra de su plan económico para retirar los subsidios estatales.