ELECCIONES EN ITALIA
Berlusconi se mantiene firme y arrebata cuatro regiones a la izquierda
La Liga Norte, partido de tintes xenófobos, se configura como la mayor fuerza de derechas en el norte del país
El centroderecha ha arrebatado cuatro regiones al centroizquierda en las elecciones regionales italianas, mientras los progresistas no logran confirmarse como una alternativa al conservador primer ministro Silvio Berlusconi.
Estos comicios, en 13 de las 20 regiones italianas, han evidenciado también el avance de la gubernamental y federalista Liga Norte, partido de tintes xenófobos, que se configura como la mayor fuerza en el norte del país.
GRAN ABSTENCIÓN
Ni los escándalos en los que se ha visto implicado Berlusconi, ni las críticas levantadas por el decreto ley del Ejecutivo con el objetivo de facilitar la concurrencia en los comicios de las listas de su partido, parecen haber pesado en la opinión de los italianos.
Al menos no en la de los que acudieron a las urnas a votar este domingo y lunes, ya que la abstención fue una de las grandes protagonistas de la cita al situarse en un 35%, siete puntos más que en los anteriores comicios del 2005.
El centroderecha llegó a las elecciones gobernando en dos de las 13 regiones en liza y se va con seis, mientras el centroizquierda, que tenía 11 mantiene solo siete, un resultado negativo para los progresistas, aunque se proclamaran vencedores en un mayor número de plazas.
LA LIGA NORTE
En esta victoria del centroderecha no todo es mérito de Berlusconi, sino que en gran parte se debe a la Liga Norte, la formación encabezada por su ministro para las Reformas, el vehemente Umberto Bossi, que ha obtenido una mayoría arrolladora en Veneto con su candidato, el ministro de Agricultura, Luca Zaia, y una notable expansión en Piamonte.
Precisamente Piamonte, cuya capital es Turín, fue una de las regiones donde se vivió una de las luchas más reñidas entre los candidatos, que finalmente acabó con la victoria de Roberto Cota, que sumaba así para el centroderecha una de las regiones más industrializadas de Italia, tradicionalmente de signo contrario.
La Liga obtuvo además un fuerte apoyo en Lombardía, feudo de Berlusconi, donde se consolidó como la segunda fuerza más votada por detrás de la formación del jefe del Gobierno.