Las víctimas por la lluvia y el lodo en Río de Janeiro superan ya las 150

Una avalancha de lodo en Niteroi, ciudad satélite de Río de Janeiro, causó un nuevo golpe a los brasileños que desde el lunes hacen frente a las lluvias más trágicas desde que llevan registro. Hasta el momento son 154 los muertos, 160 los heridos y 15.000 los desplazados. Pero los rescatistas temen que bajo los escombros que dejó el último deslizamiento en Niteroi -”que arrastró decenas de precarias viviendas y otros locales-” pueda haber más de 200 personas.

A pesar de las reiteradas advertencias de las autoridades para que los habitantes de las favelas abandonen sus viviendas en riesgo de derrumbe y busquen refugio en lugares seguros, en la noche del miércoles, cuando las lluvias persistían, un brusco descenso de lodo arrasó con unas 60 unidades en la favela Morro do Bumba, en Niteroi, a 13 kilómetros del centro de Río. Había también iglesias y locales comerciales que fueron destruidos por la correntada.

Angustia. Cuando los rescatistas llegaron eso ya era una catástrofe. Palas y retroexcavadoras no alcanzaban a satisfacer la angustia de vecinos y familiares que revolvían en el lodo con sus propias manos. «Según testimonios de los vecinos, unas 200 personas podrían estar bajo los escombros, pero es impreciso, quizás sean más», admitió el comandante de Bomberos, coronel Pedro Machado.

Los bomberos trabajaron sin descanso durante la noche y al cierre de esta edición encontraron 10 cuerpos y rescataron a 56 personas con vida.

El secretario de Salud del estado de Río de Janiero, Sergio Cortes, estimó que son unas 60 las unidades afectadas por este último deslizamiento y advirtió además que hay un enorme «riesgo ambiental» en el Morro de Bumba, ya que se trata de un asentamiento erigido sobre un repositorio de residuos. Durante las tareas de rescate se produjeron algunas explosiones de gas metano.