Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Opinión | enrique vázquez

En términos puramente prácticos, y un punto prosaicos, el porvenir político del Reino Unido en lo tocante a la formación de una estable mayoría de gobierno dependen de cómo de convincente encuentre el Partido Liberal Demócrata el súbito interés de los grandes, conservadores y laboristas, por atender su histórica reivindicación de una legislación electoral diferente, proporcional.

El partido conservador ganó holgadamente las legislativas del jueves (por 47 escaños y ocho puntos más que los laboristas), pero, según predijeron las encuestas no alcanzó la seguridad completa de formar dicho Ejecutivo.

Los laboristas lo tienen dialécticamente un poco más fácil porque antes de la jornada electoral habían anotado su preocupación por la injusticia de un sistema mayoritario y propuesto su reforma selectiva del mismo.

David Cameron no pudo llegar a tanto ayer, en la primera declaración tras su victoria, pero se dijo abierto a hablar de todos los asuntos de interés en un amplio y gran acuerdo, lejos de la oferta de Gordon Brown de proceder a una rápida reforma de la ley electoral en el sentido deseado por los liberales. Estos se quejan con razón (con el 22,5% de los votos van a tener poco más del 9% de los parlamentarios pero olvidan que la Ley ha perjudicado también y mucho a los tories que no han pedido su abolición. Prefieren, como el británico medio, el consolidado y útil bipartidismo. Útil para hacer Gobiernos fuertes y práctico para echarlos cuando es preciso.

Pero en el escenario creado por la elección hay algo más allá de este mero cálculo: hay un cambio de ciclo del que es protagonista a su pesar el partido laborista, que hasta podría equivocarse gravemente si contra la tradicional estima de que goza el sistema, se empeña en quedarse en Downing Street un poco a cómo dé lugar, con una coalición sin precedentes. Ni siquiera es seguro que el gran -˜Labour-™ acierte a medio plazo si se empeña en tal camino, aparentemente tomado a toda velocidad ayer mismo si se recuerdan las declaraciones de Brown y, antes incluso, en la BBC, el comentario del influyente ministro Mandelson, a quien aún no se ha olvidado como el mago del blairismo de los grandes días de fines de los noventa y primeros del siglo, hasta lo de Irak.

El partido laborista lo ha hecho bien, si se recuerda lo que está cayendo. Brown podría ser amortizado, elegir otro líder en las instancias y calendarios adecuados y dejar un Gobierno conservador sin mayoría al timón: ¿un Parlamento colgado y elecciones anticipadas más pronto que tarde? Eso, miren por donde, también depende de los Lib-Dem.

Cargando contenidos...