Italia se rebela contra la ley mordaza de Berlusconi
La prensa italiana ofrece estos días un extraño aspecto. Ante la próxima ley que limitará drásticamente el uso judicial y la publicación de escuchas, algunos diarios destacan aquellas noticias que ya no se podrán leer cuando entre en vigor la nueva norma, o al menos mientras dure la instrucción. Y tal como está el patio, con numerosos casos de corrupción, parte del periódico aparece marcado. La nueva ley prevé que las conversaciones no se puedan publicar hasta el fin de las diligencias previas, con penas para los periodistas de hasta un mes de cárcel y una multa para el editor de hasta 465.000 euros. Hay otros puntos que en Italia parecen sacrílegos: los fiscales no podrán hablar de los procesos abiertos y no se podrán grabar las vistas si una parte no quiere.