La extradición de un narco de Estados Unidos desata violentos disturbios en Jamaica
El Gobierno jamaicano ha declarado el estado de emergencia tras las muerte de dos policías
Manifestantes bloquean una calle de Kingstown.
Playas, Bob Marley y el reggae es lo primero que viene a la cabeza cuando se habla de Jamaica. Ayer esa idílica imagen cambio en Kingston. Dos tercios de la capital de la isla caribeña han sido escenarios de una batalla campal entre policías y sicarios que a tiro limpio trataban de impedir el arresto previo a la extradición a Estados Unidos de Michael Christopher Coke, uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo.
Los violentos disturbios se saldaron con dos policías muertos, seis heridos y la declaración del estado de emergencia al menos durante un mes. La policía aseguraba ayer que el control era casi completo en los barrios pobres donde estallaron los choques pero evacuaba a mujeres y niños de las zonas más peligrosas. Ante la caótica EE.UU. y Gran Bretaña aconsejaron a sus ciudadanos evitar viajar a esa isla.
El parte oficial precisó que criminales de otras comunidades ser se unieron a los sicarios que levantaron barricadas, atacaron tres estaciones de policía en Tivoli Gardens, un barrio marginal de Kingston y áreas aledañas e incendiaron una de ellas para proteger a su jefe conocido también por «Dudus». El Gobierno ha advertido que «las amenazas contra la seguridad de nuestro pueblo serán reprimidas de manera fuerte y decidida».