Los Cameron pasan la primera noche en Downing Street
No fue una cena sino un último desayuno lo que disfrutó la familia Cameron reunida por última vez ayer en su casa de Notting Hill antes de mudarse definitivamente a Downing Street. Así lo contó el propio primer ministro, quien añadió que no pensaba poner a la venta su propiedad, valorada en cerca de 2,7 millones de libras (cerca de 3,1 millones de euros). Cameron sugirió que quizás la alquilaría, si bien «no a Miss Whiplash», aludiendo así al hecho de que el antiguo ministro de Economía Norman Lamont, para quién Cameron trabajó como asesor, alquiló su piso a una terapeuta sexual.
Se habían hecho conjeturas de que el traslado no era del agrado de su mujer, Samantha Cameron, y que quería retrasarlo unos meses. Y ciertamente no es de extrañar porque las dependencias privadas del número 10 no son las más adecuadas para una familia con dos hijos pequeños.