Momentos difíciles para Berlusconi por la polémica «ley mordaza»
Italia acusa al primer ministro de violar la legalidad con la norma de las escuchas telefónicas
E l Ejecutivo de Silvio Berlusconi vive momentos difíciles por la polémica «ley mordaza» de la prensa y el plan de ajuste económico en Italia, así como por las tensiones internas en su partido y los casos de corrupción.
Una delicada situación que ha obligado al primer ministro italiano a salir en repetidas ocasiones en defensa de las últimas actuaciones del Gobierno, como sucedió ayer, cuando el mandatario envió un mensaje a sus seguidores para que le ayuden a quitar la «mordaza» que, en su opinión, atenaza la verdad en el país.
Berlusconi denunció que la prensa distorsiona la realidad y defendió que con esta ley de las escuchas telefónicas, el gabinete no pretende censurar, sino proteger el derecho a la privacidad de los ciudadanos. El proyecto de ley, que se encuentra en fase de debate parlamentario, pretende limitar el uso y la difusión de las escuchas telefónicas y prevé, incluso, penas de cárcel para los periodistas que publiquen su contenido.
«Se trata de una prensa que desinforma y que pisotea de modo sistemático el derecho a la privacidad invocando a la libertad de prensa como si se tratara de un derecho absoluto, pero en democracia no existen derechos absolutos porque todos los derechos encuentran un límite en otros derechos igualmente válidos», subrayó. Las declaraciones de Berlusconi se producen un día después de que la prensa italiana celebrara una «jornada de silencio» para denunciar una norma que considera un golpe a la transparencia y a la tutela de la legalidad.
A las críticas de la prensa se suman las de la oposición y los magistrados, así como las de miles de ciudadanos que el 1 de julio se manifestaron en contra de esta norma, que también se ha topado con el escepticismo del jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano.
Un frente, este último, que Berlusconi ha intentado calmar con una visita el jueves del ministro italiano de Justicia, Angelino Alfano al Quirinale, a la sede de la jefatura del Estado.