Rumanía exhuma a los Ceaucescu para confirmar su identidad
Los cadáveres del ex dictador rumano y su esposa, fusilados en 1989, serán sometidos a varias pruebas de ADN
Rumanía, el país que, junto con la Albania de Enver Hoxha, sufrió el régimen comunista más duro de Europa del Este, regresó ayer a su siniestro pasado, al comenzar los trabajos de exhumación de los cadáveres del dictador Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena, que fueron fusilados el 25 de diciembre de 1989.
Los cadáveres, que estaban enterrados en el cementerio Ghencea de Bucarest, serán sometidos a pruebas de ADN para confirmar que son los restos mortales de la pareja que aterrorizó el país balcánico y lo hundió en la miseria durante 24 años. Valentin, uno de los hijos de Ceaucescu, había exigido un examen forense de los cadáveres, porque no estaba seguro de que sus padres hubieran sido enterrados en la tumba que lleva sus nombres. De los tres hijos de los Ceaucescu, sólo vive actualmente Valentin Ceaucescu, de 62 años. Un trabajador del cementerio confirmó a los medios que los trabajos de exhumación empezaron a las siete de la mañana y que «los expertos forenses tomaron muestras de los restos mortales y de la ropa que estaban en los ataúdes».
Por su parte, el yerno del ex dictador, Mircea Opran, contó a una televisión que en el ataúd de su suegro sólo había huesos y ropa y que también estaba la gorra de piel de cordero que Ceaucescu llevaba puesta en el momento de su ejecución. Opran aseguró también haber reconocido el abrigo que llevaba su suegro el día de su ejecución.