Los países más pobres despiertan del sueño de los Objetivos del Milenio
Las predicciones más optimistan cierran la cumbre prometiendo cumplir dos de los ocho objetivos en el 2015
Tres días, 140 discursos, muchas promesas, algunas nuevas y otras viejas, pero una realidad que sólo la canciller alemana Angela Merkel se atrevió a poner en palabras: «Desafortunadamente, hoy tenemos que admitir que no lograremos cumplir las Metas del Milenio para el 2015». Un vaticinio que los líderes del mundo intentaron impedir ayer con nuevas promesas e inyecciones económicas.
La que más ceros tenía es la del secretario general de la ONU, Ban Ki- Moon, que en el último día de la cumbre lanzó una estrategia global de 40.000 millones de dólares para salvar las vidas de 16 millones de mujeres y niños en los próximos cinco años.
Varias oenegés habían celebrado el lunes el anuncio del Banco Mundial de invertir 750 millones de dólares en educación, aunque lo calificó de «una gota en el océano», así como el anuncio de presidente francés Nicolas Sarkozy de aumentar un 20% la aportación de su país al Fondo Global de la Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis. Más ilusión le hizo a esta y a otras organizaciones las promesas de varios países de mantener su compromiso de alcanzar la meta de destinar el 0.7% del PIB al Tercer Mundo para el 2015, entre ellos España.
Para Barack Obama la lucha contra la pobreza y el hambre mundial «no son sólo una cuestión moral sino un imperativo estratégico y económico», dijo ayer el mandatario de padre africano durante su intervención. Al cerrar la cumbre Obama anunció el primer Plan de Política de Desarrollo Global que tenga un presidente de EE.UU. y prometió que su país «será un líder globlal del desarrollo en el siglo XXI».
De los ocho objetivos pactados para el 2015 la ONU estima que solo podrán cumplirse a tiempo dos: el de reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable y el de recortar a la mitad el número de personas que viven con menos de un euro al día, gracias este último al vertiginoso crecimiento económico de China e India. Pero para la mayoría de los países africanos los Objetivos del Milenio siguen siendo, en palabras del ministro mauritano de Asuntos Exteriores Arvin Voolell, «un sueño muy querido por todos nosotros».