«Yo fui más lejos, por eso mi caída fue todavía más dura»

El ex operador de mercados Jer´me Kerviel reconoció ante el Tribunal que realizó muchas operaciones ficticias y que falsificó correos electrónicos, pero que no era el único que recurría a unas prácticas que no sólo eran conocidas sino alentadas por sus superiores. «Probablemente yo fui más lejos y por eso mi caída fue más dura», analizó el inculpado, que insistió en que «los superiores te alientan para ir en esa línea» y «te presionan para asumir cada vez más riesgos».

Los abogados de Société Générale valoraron la sentencia como una «reparación moral» que confirma que se trata de una situación en la que un empleado de una empresa defrauda la confianza de quien le ha contratado.

Nacido hace 33 años en Pont-l-™Abbé, en el Finisterre bretón, el operador que estuvo a punto de hacer saltar la banca reconoció en el juicio, celebrado en junio, que había arriesgado sumas de 50.000 millones de euros que, como señala la sentencia, amenazaron el orden económico mundial. En realidad, el banco perdió 6.400 millones pero Kerviel había disimulado en la contabilidad beneficios de 1.400 millones antes de que se descubriera el pastel.