Diario de León

Hungría interviene la empresa del vertido y detiene a su director

Lucha contrarreloj para levantar un dique que evite otra riada

Soldados hacen fila para ser limpiados tras recoger lodo.

Soldados hacen fila para ser limpiados tras recoger lodo.

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marcelo nagy | Veszprém
León

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El Estado húngaro ha tomado el control de Magyar Alumínium (MAL), la empresa responsable del vertido tóxico que ha causado ocho muertos en el oeste del país y graves daños ecológicos, tras la detención de su director.

«La empresa responsable de la catástrofe debe ser puesta bajo el control del Estado», dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en una intervención en el Parlamento en la que recalcó que la «negligencia humana» está detrás de la catástrofe.

En su discurso, el jefe de Gobierno húngaro prometió un proceso legal «severo y justo», tras asegurar que no se puede «seguir viviendo con peligros secretos».

«Tenemos razones para creer que hubo personas que eran conscientes del peligroso debilitamiento de los muros, pero llevados por sus intereses creyeron que no merecía la pena repararlos», agregó.

El director de MAL, Zoltán Bakonyi, ha sido detenido de forma cautelar durante 72 horas por las acusaciones de crear un peligro público y ser responsable de la muerte de varias personas, así como de incontables daños naturales. Bakonyi fue detenido ayer por agentes de la Oficina Central de Investigaciones, que posteriormente lo han interrogado, según informó la Policía.

El castigo. En los días anteriores tanto Orbán como otros miembros del Gobierno aseguraron que lo sucedido se debió a un error humano y que los responsables serían «castigados severamente».

Las cuatro prioridades del gobierno después de la catástrofe medioambiental son, según adelantó ayer Orbán: indemnizar a los damnificados, asegurar el trabajo en la empresa para que no se pierdan empleos, impedir otras catástrofes y encontrar a los responsables de lo sucedido.

MAL ha sido puesta bajo control directo del Estado, dirigida por un «comisario de defensa de catástrofes», que será responsable de «supervisar, dirigir y manejar» los bienes de la empresa.

Mientras el Gobierno ha dado un golpe de autoridad para tratar de depurar responsabilidades por la peor catástrofe ecológica del país, en la zona siniestrada se trabaja contrarreloj para terminar hoy un dique de contención que frene una segunda riada de «barro rojo».

Ya se han construido unos 1.000 metros de longitud de éste dique que tendrá una anchura de 25 metros y cinco de altura.

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