¿Podrá hacerlo sin él?

Una serie de interrogantes se plantean en el nuevo escenario político argentino que quedó al desnudo con la inesperada muerte del ex presidente Néstor Kirchner. ¿Podrá la presidenta Cristina Fernández, su viuda, gobernar sola ahora?

La ausencia de Kirchner, el otro término de un binomio que parecía indestructible ¿debilitará su poder? ¿O le dará la oportunidad resurgir fortalecida de la tragedia, sin su puntal tradicional y con nuevos apoyos? Las proyecciones varían según los analistas, pero todos coinciden en una idea básica. La presidenta es una mujer inteligente, de carácter, y muy capaz de gobernar con eficacia.

Pero lo que pase en el futuro depende de ella. Si mantiene el discurso belicoso y la alianza sectorial tejida por Kirchner, su ciclo podría estar cerca del final.

En cambio, si avanza en construir un renovado liderazgo sobre el legado positivo de su esposo, con una coalición más amplia que la sustente, con nuevas adhesiones que recoja en estos días de duelo, entonces puede ser que Cristina se lance a la competencia para ser reelecta en el 2011, y con buenas posibilidades. Si su primera aparición pública tras el fallecimiento se lee como un mensaje, se podría decir que la presidenta tiene buenas chances de crecer en el dolor. En el velatorio se la vio dolorida pero entera, ejerciendo su rol de mandataria anfitriona y atenta mucho más que el de viuda.