Israel arremete contra EE.UU. por su «ingenua» defensa del diálogo en Egipto
Washington le tiende la rama de olivo a los Hermanos Musulmanes que antes temía
«Hay dictadores y dictadores», defendió ayer el ex alcalde Rudi Giuliani, siguiendo el discurso de los lobbies judíos. «Mira cómo reprimió Irán las revueltas de la oposición y mira la contención que está ejercitando Mubarak». El dictador que ha mantenido la paz con Israel durante tres décadas agoniza abandonado por EE.UU., algo que tiene especialmente ofuscado a su vecino, que critica las «ingenuas» declaraciones de Barack Obama en favor de la democracia.
«Debería haber pensando en Israel antes de meterle prisa a Mubarak para que se fuera», protestó en una columna Dov Weissglass, ex asesor de Ariel Sharon. Le secundan políticos como el ex subsecretario de Estado para control de armas John Bolton, impulsor de la invasión de Irak, para quien la democracia como las revoluciones son un arma de doble filo. «Mira lo que pasó en Centroamérica», observó para Político. «Pasamos de dos gobiernos autoritarios que era proamericanos a dos gobiernos aún más autoritarios que eran antiamericanos. Las buenas intenciones no te llevan lejos, y ese puede ser el caso de Egipto».
Es lo que tiene la democracia, igual llevó a los sandinistas al poder en Nicaragua que aupó a Hamás en Palestina y Hezbolá en Líbano. «La realidad es que, democracia como pensamos nosotros, y democracia como resulta a menudo en Oriente Medio son dos cosas distintas», matizó la congresista republicana Shelley Berkley. Para reconciliar esa visión con las buenas intenciones de que presume su país, Bolton, siempre tan pragmático, aplica las enseñanzas de Theodore Rooselvelt: «Primero debemos asegurarnos de que el mundo es seguro para nosotros», dijo parafraseando al expresidente. «Tenemos que mirar por nuestros intereses».
Donde dije digo. Es lo que decía Mubarak cuando EE.UU. cuestionaba sus métodos represivos, que si les dejaba los Hermanos Musulmanes instalarían en Egipto un régimen como el de Irán. Eso explica que en los primeros días de la revolución Hillary Clinton, amiga personal de los Mubarak, advirtiese de ese peligro. A medida que su fin de se hace inevitable la Casa Blanca se acerca a esta organización que antes temía. Se dice que bajo cuerda han retomado los contactos que se produjeran de forma esporádica en la embajada de EE.UU. en Cairo a partir de su llegada al Parlamento en el 2005. En público el propio portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs dijo el lunes que el próximo gobierno debe incluir a «importantes actores no seculares».
Una declaración que incendió aún más los ánimos de Israel y de los neocons republicanos. «Esto era completamente innecesario e improductivo», criticó Hillel Fradkin, analista de Hudson Institute.