Mubarak no deja el poder y enciende la rebelión callejera en Egipto
El presidente egipcio se compromete a llevar al país a unas «elecciones limpias»
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, anunció ayer en un discurso por televisión que «ha considerado delegar al vicepresidente de la República los poderes y las prerrogativas de acuerdo con la Constitución».
En su discurso, Mubarak no sólo no dijo que haya renunciado a la Presidencia, sino que se comprometió a dirigir un proceso que lleve a unas «elecciones libres y limpias» en septiembre próximo.
«Me aferraré a proteger la Constitución y los intereses del pueblo hasta que se entregue el poder y la responsabilidad a quien elijan los electores en septiembre próximo», afirmó. «Eso es lo que yo juré», afirmó Mubarak, quien se comprometió a un «traspaso pacífico» del poder.
El jefe de Estado está sometido a presiones populares desde el 25 de enero pasado para que renuncie.
Por su parte, el presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Fathi Sourur, aclaró que Mubarak ha traspasado algunas prerrogativas al vicepresidente, de acuerdo con las limitaciones constitucionales, pero conserva otras. Entre las que conserva figura la reforma de la Constitución, la disolución del Parlamento y la disolución del Gobierno.
Indignación popular. Decenas de miles de manifestantes concentrados en la cairota plaza Tahrir recibieron con rabia y tristeza el discurso del presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien afirmó que se mantendrá hasta septiembre, aunque ha traspasado algunas prerrogativas al vicepresidente, Omar Suleimán.
La indignación e incluso los llantos sucedieron al silencio guardado durante todo el mensaje del mandatario, retransmitido por una gran pantalla colocada en la plaza, epicentro de la revuelta popular que comenzó el pasado 25 de enero.
La expectación era enorme ante la posibilidad de que Mubarak anunciara que delegaba el poder en Suleimán, por lo que según hablaba el jefe de Estado aumentaba la decepción en la plaza.
Por su parte, el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, calificó la situación que vive el país árabe de «momento decisivo» y aseguró que «la puerta está abierta a más diálogo».
Suleimán hizo estas declaraciones en un discurso dirigido a la nación poco después de que el presidente del país, Hosni Mubarak, delegara en él la mayoría de sus prerrogativas, aunque conserva otras fundamentales.
El vicepresidente hizo también un llamamiento a la unidad y pidió a los ciudadanos que «trabajen juntos para hacer un futuro brillante», en un discurso televisado. «Llamo a todos los ciudadanos para que trabajen juntos para lograr un futuro brillante. No nos podemos dejar llevar por el caos», advirtió Suleimán.
También se comprometió «a llevar a cabo una transición pacífica del poder de acuerdo a la Constitución». «Estoy aferrado a todos los procedimientos que se acuerden en el diálogo nacional», que comenzó el pasado domingo entre Suleimán y grupos y personalidades de la oposición, dijo el vicepresidente en un discurso dirigido a la nación.
También reiteró la necesidad de recuperar la confianza de acuerdo con la Constitución y la ley.