Obama anima a los iraníes a continuar manifestándose

Por primera vez desde que estallaron las revoluciones en el mundo árabe la prensa de EE.UU. tuvo ayer la oportunidad de interrogar sin cortapisas a su presidente. Si en Egipto tardó en apoyar abiertamente a los manifestantes, en lo que respecta a Irán no podía ser más claro.

«Mi esperanza y mi expectativa es que vamos a continuar viendo a la gente de Irán tener el valor y el coraje de poder expresar su deseo por mayor libertad y un gobierno representativo», determinó Barack Obama.

Al contrario de lo que muchos piensan, el mandatario cree que su gobierno lo hizo «más o menos bien» durante la crisis de Egipto, pero fue mucho más crítico con el gobierno de Irán que con el de Hosni Mubarak.

«Me resulta irónico que el régimen iraní pretenda celebrar lo que ha pasado en Egipto cuando en realidad ha actuado en contraste directo a lo de Egipto, disparando y golpeando a la gente que intentaba expresarse pacíficamente en Irán», objetó el inquilino de la Casa Blanca.

Salvando las diferencias represivas, Obama parece ignorar que al menos 400 personas dieron su vida por la revolución egipcia, miles fueron detenidos y torturados, decenas siguen desaparecidos. El balance puede ser mucho más benigno que el de otros regímenes, gracias a la contención del Ejército, pero la actuación de Mubarak y sus fuerzas policiales quedan lejos de ser modélicas.

«Estamos enviando un fuerte mensaje a nuestros aliados en la región», anunció Obama: «Mirad el ejemplo de Egipto en contraste con el de Irán».

Ciertamente muchos de estos ven con temor el resultado de permitir que las protestas se hagan fuertes, dado que el presidente egipcio perdió el poder, pero para eso EE.UU. también tiene una receta: «Adelántate al cambio, no puedes quedarte por detrás de la corriente».

Obama asegura que antes incluso de que empezaran las protestas en Egipto envió ese mensaje «por igual» a «amigos y enemigos en la región», confió. «El mundo está cambiando, tienes a una vibrante generación de jóvenes en Oriente Medio que está buscando mejores oportunidades», explicó. «La mejor forma de mantener la estabilidad en la región es que la gente joven y la gente común sienta que tiene caminos para alimentar a sus familias, obtener trabajos decentes, recibir una educación y aspirar a una vida mejor. Cuantos más pasos den los gobiernos para proporcionar esas avenidas, movilidad u oportunidades, más estables serán esos países. Lo que no se puede es mantener el poder a través de la coacción. Eso es particularmente cierto en la era en la que la gente no se comunica sólo a través de un gobierno central o una televisión estatal, sino que puede coger un teléfono o una cuenta de Twitter y movilizar a cientos de miles».

El mandatario insistió en que «cada país es distinto» y cada pueblo deberá decidir su futuro. «EE.UU. no puede dictar lo que ocurra dentro de Irán más que en Egipto», advirtió. Pero el sábado, la víspera de que empezaran las protestas en Irán, el Departamento de Estado abrió una cuenta en Twitter desde la que informa en farsi.

Progreso. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, advirtió ayer de que los enemigos que en su opinión organizaron las protestas opositoras del lunes no lograrán sus objetivos. En una entrevista concedida a la televisión pública, el mandatario señaló, asimismo, que su país va a demostrar a esos mismos enemigos que su progreso es imparable y que va a «cambiar las relaciones del mundo actual».

«Es normal que el pueblo iraní tenga enemigos, ya que es un país que quiere brillar, llegar al éxito y cambiar el sistema de relaciones en el mundo», afirmó.

«Claramente existe una gran animadversión, incluso contra el mismo Gobierno. Pero no podrán lograr sus objetivos», afirmó al ser interrogado sobre las marchas convocadas por la oposición y reprimidas con dureza por las fuerzas de seguridad.