Comienza el juicio al exdictador Videla por el robo de niños en Argentina
Después de 14 años de investigación, los responsables se sientan en el banquillo
Los expresidentes argentinos, Reinaldo Bignone y Jorge Rafael Videla, en primer término.
Uno de los capítulos más macabros de la dictadura militar argentina llevó ayer al banquillo al excomandante Jorge Rafael Videla, de 85 años, y a otros siete militares y civiles acusados por la desaparición de 34 menores de 10 años durante el régimen castrense (1976-83), algunos de ellos hallados décadas después por la incesante campaña de búsqueda y reclamos de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Indiferente, el ex dictador dormitó durante la primera audiencia. El proceso, por el que pasarán unos 370 testigos, podría prolongarse más de ocho meses.
A 14 años de la apertura de la investigación judicial, la Fiscalía logró que la causa derive en un juicio que comenzó ayer con el recinto repleto de representantes de organismos de derechos humanos, familiares de las víctimas y sobrevivientes de la represión clandestina, inclusive algunos nietos recuperados por las Abuelas.
La organización nació como una escisión de las Madres de Plaza de Mayo, para dedicarse exclusivamente a buscar a los niños, hijos de desaparecidos. Muchos de ellos nacieron durante el cautiverio de sus madres detenidas cuando estaban encintas, y luego fueron desaparecidas. Otros fueron secuestrados siendo muy pequeños junto a sus padres y luego liberados pero sin que se conociera su identidad. Se trata de unas 500 personas, hoy adultas, de las cuáles 102 ya fueron encontradas.
Algunos de aquellos niños habían sido entregados a familias que los adoptaron sin conocer de donde venían. Pero la mayoría fue apropiada por agentes de la represión que les cambiaron la identidad y los criaron como a hijos biológicos. Ayer algunos de los nietos recuperados estaban acompañando a las Abuelas.
«Plan sistemático». El juicio apunta a mostrar que existió un «plan sistemático» para la apropiación de hijos de desaparecidos y la sustracción de su identidad. Los nacimientos se producían en todos los centros clandestinos de detención que operaron en el país en unidades militares y policiales, informó la Fiscalía.
Pero hubo algunos casos emblemáticos de prisiones ilegales en los que se registraron decenas de nacimientos como en Campo de Mayo o en la Esma (Escuela de Mecánica de la Armada). Por eso se los conoce como «maternidades clandestinas».
Videla llegó al tribunal esposado porque cumple reclusión perpetua a raíz de otras dos causas. Junto a él está acusado el último presidente de facto, Reynaldo Bignone y otros conspicuos representantes del Ejército, la Armada y la Prefectura, además de un médico. Otros cuatro acusados, entre ellos el ex almirante Emilio Massera, no llegaron al juicio porque fallecieron.