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Un rebelde libio dispara contra una valla publicitaria con la imagen del coronel Muamar El Gadafi.

Publicado por
f. prieto arellano | túnez
León

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Los refugiados de Bangladesh que por millares han cruzado la frontera con Túnez huyendo de la rebelión libia son los últimos de la fila en la cadena de repatriaciones, ya que apenas hay nadie que oficialmente se haga cargo de ellos. El campamento de refugiados de Choucha, situado a unos 8 kilómetros del paso fronterizo tunecino de Ras el Jedir, era ayer un espacio de bangladesíes, que en los tres últimos días han relevado a los egipcios como el contingente más numeroso pendiente de ser repatriado.

A diferencia de los egipcios, que tienen embajada en Túnez y aunque con muchas dificultades se ha podido hacer cargo de alguna manera de ellos, los refugiados de Bangladesh no tienen representación diplomática en el país norteafricano y se encuentran en realidad pendientes de que alguna organización internacional se quiera hacer cargo de ellos para devolverlos a su patria. Fuentes de Unicef en Choucha dijeron ayer que de las 20.000 personas que se encuentran en este campamento (cada vez más extenso, según pasan los días) «la gran mayoría son de Bangladesh» y «siguen esperando a ser repatriados porque nadie se hace cargo de ellos».

«Las organizaciones van a asumir el trámite de la repatriación de los bangladesíes, pero, desde luego, el proceso va a ser lento», recalcaron las fuentes. Actualmente, en Choucha, además de los nacionales de Bangladesh, se encuentran algunos refugiados de Sudán, Madagascar e Irak; en concreto dos familias de este último país, al que, según manifestaron las fuentes, «tampoco quieren regresar» a causa de la delicada situación política por la que atraviesa. La ONG Telecom Sans Frontieres, ha instalado en Choucha un puesto de telefonía por satélite desde el que los refugiados pueden llamar a sus casas, gratis.