Detienen el avance rebelde en Ras Lanuf, de donde huyen las familias
El avance rebelde hacia la ciudad de Sirte (centro) parece haberse atascado ayer en el enclave petrolero de Ras Lanuf (este), de donde salieron decenas de familias con destino a Bengasi, segunda ciudad libia y principal bastión de la oposición rebelde. «No sigáis avanzando, quedaos aquí, debemos proteger el petróleo», repetían ayer los altavoces de un coche en el puesto de control de los milicianos en las puertas de Ras Lanuf, donde la aviación fiel a Gadafi bombardeó en varias ocasiones para amedrentar a los milicianos. Al menos en tres ocasiones las baterías antiaéreas de esta posición rebelde intentaron sin éxito derribar a los aviones que atacaron primero a varios kilómetros de la posición, después a cinco y finalmente a menos de mil metros de donde se concentraban unos dos centenares de jóvenes milicianos.
Con cada explosión el mismo ritual: gritos, disparos de las baterías antiaéreas, huidas despavoridas hacia el desierto y el retumbar de la polvorienta explosión. Después, los inexpertos rebeldes vuelven a unirse y comienzan a celebrar que la explosión no ha caído sobre ellos disparando al aire sus pistolas y metralletas y cantando canciones patrióticas y contra el líder libio, Muamar el Gadafi. «Son como niños con ropa nueva en un día de fiesta», confiesa Ibrahim al Jodeiri, un ex militar de 50 años que abandonó el Ejército hace tres años. Sólo el domingo, siete rebeldes murieron y otros 55 resultaron heridos en los combates entre Ras Lanuf y Ben Yauad, localidad esta última tomada por los rebeldes el domingo y recuperada ayer por las fuerzas de Gadafi.