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Gadafi bombardea Brega, primera línea del bastión de la guerrilla rebelde

La Unión Europea afirma que la decisión que tomen frente a Libia será común

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efe | bengasi

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La aviación fiel al coronel Muamar al Gadafi ha bombardeado de nuevo la localidad de Brega, a unos 110 kilómetros al este de Ras Lanuf, donde continúan los combates entre las brigadas gadafistas y los milicianos rebeldes, según la oposición.

«Nuestros hombres siguen en, al menos, parte de Ras Lanuf», dijo a Efe el portavoz rebelde, Mustafa Geriani, que indicó que los militares profesionales del bando rebelde continuaban participando en la defensa de estas localidades, consideradas la principal línea defensiva rebelde, cuyo bastión, Bengasi, está situado a unos 450 kilómetros al este. Algunos residentes han comenzado a abandonar Brega, que ya ha sido bombardeada esta semana por la aviación leal a Muamar al Gadafi, cuyos carros de combate han impuesto su superioridad con apoyo artillero desde mar y tierra.

Por otra parte Geriani, que consideró que los avances y retrocesos del frente de combate era una situación habitual de cualquier combate, puso hincapié en la importancia del reconocimiento internacional de los rebeldes como interlocutores del pueblo libio. «Con el reconocimiento del Consejo Nacional (de Transición Interino) esperamos que la gente abandone a Gadafi», dijo el portavoz, que indicó que quienes todavía apoyan al coronel Muamar el Gadafi se replantearán su fidelidad al líder libio una vez que este haya quedado aislado y si apoyos. Las tropas gadafistas, que han sostenido toda la semana duros combates en el enclave petrolero de Ras Lanuf, amenazan Brega y desde ahí Ajdabiya, a 170 kilómetros al sur de Bengasi. Esta ciudad, convertida en la retaguardia de los milicianos y principal bastión rebelde antes de Bengasi, es clave por constituir la principal ruta de comunicaciones con la capital provisional del Consejo Nacional Transitorio Interino, con el sur en manos rebeldes y la ruta costera hasta Tobruck.

Los ministros de Exteriores de la UE intentaron ayer lanzar desde Hungría un mensaje de unidad en cuanto a su postura frente a la crisis en Libia, en medio de debates internos sobre una posible intervención militar en ese país árabe. «Tenemos conclusiones claras y fuertes. Hemos iniciado una planificación prudente para todas las opciones», aseguró la responsable de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, tras una reunión informal de dos días de los ministros de Exteriores de la Unión en Gödöllö, cerca de Budapest. «Estamos unidos al decir que el régimen (de Muamar el Gadafi) tiene que terminar. Es importante la presión para el cambio y necesitamos mantener nuestra presión», manifestó. El ministro húngaro de Exteriores, János Martonyi, cuyo país preside la Unión Europea (UE) este semestre, agregó que «el mensaje de esta reunión es mucho más de unidad de lo que algunos pueden haber percibido». «Estamos muy de acuerdo en los principios, algunos a corto plazo, otros a largo plazo. Pero la UE está unida, en la reunión aquí y en la de Bruselas (ayer), subrayando que pensamos y actuamos juntos», manifestó el ministro húngaro.

Francia había propuesto ayer lanzar ataques puntuales y bajo ciertas condiciones contra Gadafi, algo que Alemania, apoyado por numerosos países comunitarios, ha rechazado. El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo hoy en rueda de prensa en la sede del parlamento de Hungría, que «el futuro de Libia está manos de los libios». «La revolución está dirigida por libios. No vivimos épocas coloniales, cuando fuerzas extranjeras intervienen. Nosotros decimos que si está en peligro la seguridad de la población, tenemos que examinar qué posibilidades tenemos», expresó con cautela.

«Antes de acciones de otro tipo, o sea, más allá de las sanciones políticas, tenemos que movernos dentro de un marco muy estricto. Asumimos la responsabilidad pero solo dentro de este marco», dijo Van Rompuy sobre la necesidad de una resolución del Consejo de Seguridad y el apoyo explícito de la Liga Árabe. En la misma rueda de prensa, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, dijo que las revueltas en el mundo árabe son «una situación histórica única. Una acción militar descuidada podría derrumbar esta posibilidad». Por su parte, el ministro de Exteriores alemán aseguró en Gödöllö que su país cuenta con el apoyo de «muchos países miembros» de la UE en su postura de cautela ante cualquier intervención militar.

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