El primer buque con crudo para exportar de los rebeldes libios zarpa de Tobruk

Un petrolero zarpó hoy del puerto libio de Tobruk, controlado por los rebeldes, con el primer cargamento de crudo para la exportación procedente de los pozos petrolíferos en poder de los sublevados en la zona oriental del país, informaron a EFE fuentes de la dirección insurgente.

El buque, que había llegado el martes a Tobruk, a 130 kilómetros de la frontera con Egipto, zarpó esta tarde cargado de un petróleo que ayudará considerablemente a financiar la rebelión contra el régimen de Muamar el Gadafi, señalaron las mismas fuentes. El destino del petrolero, de pabellón liberiano y propiedad de una empresa griega, es todavía una incógnita ya que los rebeldes no han querido precisar a qué país irá destinada su primera exportación.

Algunos países, aunque todavía contados, han reconocido ya al Consejo Nacional Transitorio (CNT), como el gobierno legítimo de la zona oriental de Libia que controlan los rebeldes, entre ellos Francia, Catar e Italia, éste último -antigua metrópoli- con más matices que los dos primeros.

En principio, solamente alguno de los países que reconoce el poder del CNT sobre los pozos petrolíferos del este libio podría comprar su crudo sin miedo a verse envuelto en un conflicto legal o de otro tipo sobre la propiedad del mismo. Sin embargo, los rebeldes pueden también vender su petróleo a cualquiera que esté dispuesto a comprarlo como ocurre a nivel mundial con el comercio de armas o cualquier otra mercancía.

El barco zarpó esta tarde de una terminal petrolera cercana a la ciudad de Tobruk, uno de los puertos controlados por los rebeldes más alejados de la línea del frente de combate oriental y por tanto más seguros.

Los rebeldes atraviesan serias dificultades para financiar su adquisición de armamento, así como las necesidades logísticas y de organización de una administración incipiente. La exportación del petróleo de los pozos que controlan, que han sufrido varios ataques de brigadas especiales gadafistas en los últimos días, representa una fuente de ingresos fundamental para los sublevados.