Precisión quirúrgica
A las fuerzas especiales de los Seal estadounidenses apenas les llevó cuarenta minutos acabar con la vida del terrorista
La operación del comando de elite estadounidense que acabó con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en una mansión en Pakistán se llevó a cabo con una gran precisión y una espectacularidad digna de un guión de Hollywood.
El pistoletazo de salida se recibió el viernes por la mañana, cuando Obama firmó la autorización para que un pequeño grupo de soldados de la Fuerza de Operaciones Especiales de la Marina (Seals) intentara capturar a Bin Laden, vivo o muerto, según han explicado diversos altos cargos de la Administración. Seis meses antes, la CIA había conseguido localizar al emisario de confianza de Bin Laden, de quien hasta entonces se desconocía hasta el nombre y del que se sospechaba que se ocultaba junto a su jefe.
El emisario residía en un complejo valorado en un millón de dólares en Abbottabad, en las cercanías de Islamabad y claramente construido para albergar a un objetivo mucho más valioso que un simple correo: tenía dos puertas de seguridad, gruesos muros de seis metros de altura rematados con alambre de espino y el edificio no contaba con conexión telefónica ni Internet. Su habitantes no guardaban ninguna relación con sus vecinos y quemaban su basura, en lugar de tirarla.
Algunos de los asesores abogaban por usar aviones espía, para no poner en peligro vidas estadounidenses. Otros preferían enviar a los SEAL, una opción más arriesgada pero con más garantías de éxito. Finalmente, Obama optó por esta última.
El mandatario siguió la operación el domingo desde la Sala de Crisis de la Casa Blanca con sonido e imágenes en directo.
Los nervios quedaron a flor de piel cuando uno de los dos helicópteros enviados a cubrir la misión sufrió un problema técnico. Pudo aterrizar en el complejo, pero ya no pudo moverse. El comando entró en la residencia sin tener una idea exacta de lo que iba a encontrar.
Al ser conminados a entregarse, los terroristas optaron por abrir fuego. Según Brennan, el propio Bin Laden utilizó como escudo humano a una de sus esposas, que resultó alcanzada por las balas. Murieron otros tres varones, identificados provisionalmente como uno de los hijos adultos de Bin Laden; el correo que sirvió para localizar al líder terrorista y al hermano de éste. El comando utilizó el helicóptero que quedaba operativo para abandonar el complejo y llevarse el cadáver de Bin Laden. En total, la operación duró apenas cuarenta minutos.
Un consultor en tecnología en la ciudad paquistaní de Abbottabad se convirtió en una celebridad de Internet, tras proporcionar sin saberlo un relato en tiempo real del ataque que causó la muerte de Bin Laden. Sohaib Athar, quien «tuitea» bajo el seudónimo «úReallyVirtual», comenzó a enviar mensajes a la red de microblogs Twitter quejándose de helicópteros que sobrevolaban la zona causándole molestias inusuales a primera hora de la madrugada. Ese mensaje fue seguido por una rápida sucesión de tweets en los que relata en tiempo real una violenta explosión, el accidente de un helicóptero, la agonía de una familia y, posteriormente, la presencia de soldados acordonando parte del barrio y realizando una búsqueda puerta a puerta.