el final de bin laden | entre la alegría y el rencor
Júbilo en Estados Unidos, que aumenta la seguridad ante una posible venganza
Obama llama a la cautela porque está seguro de que Al Qaeda «tratará de atacarnos»
El anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de la muerte de Osama Bin Laden desató un inmediato estallido de júbilo en este país y el incremento de las medidas de seguridad ante posibles represalias
El presidente estadounidense, no obstante, hizo un llamamiento a la cautela, ante la posibilidad de que la red terrorista Al Qaeda pueda querer vengarse por la muerte de su líder. «Debemos seguir, y seguiremos vigilantes, en EE.UU. y en el exterior», apuntó el presidente estadounidense, pues «no cabe duda de que Al Qaeda seguirá intentando atacarnos».
La Casa Blanca ha ordenado que todos los edificios e instalaciones oficiales de EE.UU., tanto en su territorio como en el exterior, se pongan en estado de máxima alerta ante posibles represalias. De hecho, casi inmediatamente, en Islamabad, el partido islamista paquistaní Yamat-e-Islami advirtió que Bin Laden, «no estaba solo» y opinó que la «guerra» en la región continuará pese a su muerte. «Osama bin Laden es el líder de una forma de pensar, no está solo. Es el organizador del régimen más grande del mundo», dijo el portavoz del Yamat-e-Islami, Shuyat Qamar.
Antes de realizar el anuncio oficial al país, Obama telefoneó a varios líderes mundiales y a políticos estadounidenses -incluidos los ex presidentes George W. Bush y Bill Clinton- para informarles de la muerte del líder de Al Qaeda.
George W. Bush, a través de su página de Facebook, aseguró esta misma noche, que la muerte de Bin Laden es una «ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró hoy que la muerte de Osama bin Laden es una «victoria para Estados Unidos» y dejó claro que «no importa cuanto tiempo nos cueste, porque se hará justicia».
Bill Clinton, presidente entre enero de 1993 y enero de 2001, consideró que la muerte de Bin Laden es «profundamente importante no sólo para las familias que perdieron sus vidas el 11-S y en otros ataques de Al Qaeda, sino también para la gente de todo el mundo que quiere construir un futuro común de paz, libertad y colaboración para nuestros hijos».
Desde antes incluso de que Obama anunciara oficialmente la muerte del cerebro de Al Qaeda, el centro de Washington, las inmediaciones dela Casa Blanca, se convirtieron en una fiesta. Manifestaciones de júbilo, gritos de «USA, USA», banderas estadounidenses y bocinas de automóviles pitando en son de celebración se escucharon durante varias horas desde la medianoche del domingo en el centro de Washington.