Pakistán avisa a Estados Unidos de que no vuelva a violar su espacio aéreo
El Gobierno advierte de que no permitirá otro operativo de ese tipo en su territorio
Pakistán alertó ayer de que la operación de EE.UU. que acabó con la vida de Osama Bin Laden pudo desembocar en una «tragedia» si se hubiera percatado de la violación de su espacio aéreo, y advirtió de que no permitirá otro operativo de ese tipo.
El aviso se lanzó tanto desde el seno del poder civil como del militar, en lo que supone un claro endurecimiento de la postura de Islamabad tras las críticas que ha recibido desde la muerte del líder de Al Qaeda en las cercanías de la capital paquistaní.
El primero en salir a la palestra fue el secretario de Exteriores, Salman Bashir, quien en rueda de prensa rechazó las insinuaciones de que los servicios secretos (ISI) hubieran dado refugio a quien era el hombre más buscado del mundo, y elogió a las Fuerzas Armadas de su país.
Bashir aseguró que los helicópteros de EE.UU. que participaron en la operación contra Bin Laden tenían la tecnología necesaria para evitar la detección por radar, en la primera versión oficial que ofrece Pakistán de cómo se enteró de la operación letal.
La «primera» información, según el diplomático, que recibe Pakistán del operativo, es cuando se estrella uno de esos aparatos norteamericanos en la finca de la ciudad de montaña de Abbottabad -cercana a Islamabad- en la que residía Bin Laden
Según Bashir, el Ejército de Pakistán envió entonces dos aviones de combate F-16 -que tardaron en llegar unos quince minutos-, y ordenó un despliegue de sus fuerzas de seguridad y efectivos de inteligencia para que acudieran al lugar.
El diplomático paquistaní aseguró que la operación de EE.UU. fue ejecutada «muy rápidamente»; un total de 40 minutos.
Enfrentamiento. «Fue una suerte que se evitara una gran tragedia», prosiguió el secretario de Exteriores, en alusión a que si las fuerzas de Pakistán hubieran llegado cuando las de EE.UU. aún se encontraban en la casa se habría podido producir un enfrentamiento entre ambas.
Bashir -solo por debajo en rango de la viceministra Hina Rabbani Khar, ya que está vacante la titularidad en su ministerio- relató que tras el ataque mortal el jefe del Estado Mayor de EE.UU., Mike Mullen, telefoneó al jefe del Ejército de Pakistán, Ashfaq Pervez Kiyani, y que algo más tarde el presidente norteamericano, Barack Obama, hizo lo propio con su colega paquistaní, Asif Alí Zardari.
El diplomático reiteró que Pakistán no tenía constancia de que el ataque tendría lugar y dijo que la academia de cadetes de Kakul -a cuatro kilómetros, según sus cálculos, del complejo residencial donde vivía Bin Laden- «no requiere la defensa» que tienen otras instalaciones, incluidas las militares, en un intento de justificar que la intrusión norteamericana pasara inadvertida.