El G8 promete ayuda financiera a la primavera árabe a cambio de reformas
Los países más poderosos aseguran que el objetivo es desarrollar el estado de derecho
Los países del G8 propondrán una «colaboración duradera» a los países protagonistas de la llamada «primavera árabe», en especial a Túnez y Egipto, durante la cumbre de este organismo en Deauville, un elegante balneario del noroeste francés blindado estos días por un vasto dispositivo de seguridad. «Nos reunimos con los primeros ministros de Egipto y Túnez y decidimos lanzar una colaboración duradera con estos países que inician una transición hacia la democracia y la construcción de sociedades tolerantes», afirman los líderes de los ocho países más ricos del mundo, que tienen previsto fijar la ayuda financiera que destinarán a mantener ese colosal esfuerzo.
En su proyecto de declaración final de la cumbre, que acaba hoy viernes, el G-8 bajo presidencia francesa sostiene que su «objetivo común» con los países escenario en los primeros meses del 2011 de las «revoluciones árabes» es «desarrollar el estado de derecho».
Nicolas Sarkozy (Francia), Barack Obama (EE.UU.), David Cameron (Gran Bretaña), Angela Merkel (Alemania), Dimitri Medvedev (Rusia), Silvio Berlusconi (Italia), Stephen Harper (Canadá) y Naoto Kan (Japón) instarán a Túnez y Egipto a «impulsar reformas económicas y sociales para responder a las aspiraciones de la población», tras los movimientos populares que expulsaron del poder a sus dictadores, Zine el Abidine Ben Alí y Hosni Mubarak.
Cuentas. En todo caso, los primeros ministros de Túnez, Beji Caid Essebsi, y de Egipto, Essam Charaf, invitados especiales al G8, llegarán con las cuentas hechas. Túnez cifra sus necesidades en 25.000 millones de dólares para los próximos cinco años y Egipto en 12.000 millones hasta mediados del 2012.
No obstante, el anfitrión en Deauville, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que inauguró la cumbre junto a los demás líderes mundiales, no quiere que sea una «cumbre de donantes».
Adelantándose al G8, Washington anunció hace unos días una ayuda de varios miles de millones de dólares, y el Banco Mundial prometió hasta 6.000 millones de dólares, siempre que se pongan en marcha reformas políticas y económicas.
Casi tres meses después del inicio de los bombardeos en Libia por una coalición internacional, los dirigentes del G8 instarán también a Muamar el Gadafi a cesar la violencia y expresarán su apoyo a una solución política, según el proyecto de declaración. Además, el foro instará al dirigente sirio, Bashar al Asad, a renuciar al «uso de la fuerza y de la intimidación» sobre los manifestantes contrarios a su gobierno y le reclamarán «diálogo» y «reformas».