Los rebeldes libios ofrecen por Gadafi «vivo o muerto» una recompensa
Los insurgentes se preparan para el asalto a Sirte, ciudad natal del coronel.
Confiados en la victoria definitiva, los rebeldes libios se aprestan a iniciar una compleja y larga transición mientras preparan el asalto a Sirte, ciudad natal del ilocalizable líder libio, Muamar el Gadafi, y ultimo bastión que leal al antiguo régimen.
El presidente del CNT, Mustafa Abdulyalil, ha ofrecido una recompensa de más de un millón y medio de dólares a quien capture al coronel «vivo o muerto», y de que se otorgará «inmunidad a cualquier persona de su círculo cercano que lo detenga o lo mate».
Según Abdala Abu Arafa, uno de los portavoces castrenses de la oposición, los insurrectos han iniciado un proceso de negociación con jeques y líderes tribales de la urbe para que Sirte se entregue sin derramamiento.
Mientras la respuesta llega, las tropas avanzan «desde el este y el oeste» hacia Sirte y comienzan a concentrarse en la vecina localidad de Wadi al Ahmar, desde se donde preparan para un eventual asalto.
Las fuerzas rebeldes libias «controlan entre el 90 y el 95 por ciento del país», insistió Abu Arafa, antes de expresar su convicción de que las operaciones militares concluyan en breve espacio de tiempo, incluso si Gadafi no es capturado. Entre las poblaciones que al parecer están ya bajo dominio total de los rebeldes destacan tres de los principales enclaves petroleros y sus puertos al Mediterráneo: Brega, Ben Yawad y Ras Lanuf, todas ellas al este de Trípoli.
Focos de lealtad al coronel . En el frente occidental, los leales que le quedan a la familia Gadafi todavía parecen resistir en la localidad de Sebha, en el suroeste del país, y en Zuara, donde la batalla fue encarnizada durante todo el día. Los combates también se repitieron en la capital, que ya está bajo control casi total de los insurgentes.
De acuerdo con la cadena Al Yazira, varios proyectiles lanzados, al parecer, por fuerzas gadafistas cayeron este miércoles sobre la capital, sin que se sepa si produjeron víctimas. El bombardeo, que afectó también al antiguo refugio del coronel libio, se produjo poco después de que éste mandara dos mensajes, uno en una radio local y otro en una televisión siria, en los que prometió continuar la lucha y pidió a sus seguidores que expulsen a los rebeldes de Trípoli. Gadafi gritó «victoria o muerte» y aseguró que su huida de la fortaleza de Bab Al Aziziya formaba parte de un supuesto movimiento estratégico para proseguir con el combate.
El acorralado dirigente libio también se puso en contacto con la televisión, desde cuyos micrófonos instó a los habitantes de Trípoli a «purgar la ciudad» y limpiarla de «ratas y mercenarios de los colonizadores», en alusión a los rebeldes. «Los jóvenes de Tayura, Suk el Yuma y los comités revolucionarios, todos deben luchar contra los traidores, es su deber», agregó.
Según la página web del citado canal sirio que retransmitió las palabras de Gadafi, el líder libio se puso en contacto por teléfono desde una ubicación que no fue revelada, pero que estaría en el interior del país, ya que su voz se oía entrecortada y acompañada por el estruendo de aviones.