El CNT afirma que Gadafi representa una amenaza por el dinero que posee
Los rebeldes recuperan la normalidad de las calles gracias a los fondos descongelados.
Tras la caída del líder libio, Muamar al Gadafi, que se encuentra en paradero desconocido, los mayores peligros que acechan a Libia son la inseguridad en las fronteras del sur y la riqueza en poder del depuesto dictador, revelaron ayer las autoridades rebeldes. «La amenaza real que supone Gadafi es el dinero que hay en sus manos y que las fronteras del sur están fuera de control», afirmó el presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdulyalil, en una rueda de prensa en Bengasi, capital de los rebeldes.
Los rebeldes ampliaron en una semana el plazo para la rendición de Yafra, Sebha, Sirte y Bani Walid, todavía en poder de los seguidores de Gadafi. El jefe político de los revolucionarios adelantó que los rebeldes «asediarán» esas ciudades hasta que expire el ultimátum, aunque el CNT permite la entrada de ayuda humanitaria. En cuanto al traslado del CNT de Bengasi a Trípoli, del que se ha hablado la última semana, Abdulyalil zanjó que se hará «de forma segmentada» y será completado en el momento de «la liberación» de todas las zonas controladas por los leales líder libio.
Ello no significa que el CNT no esté trabajando en la capital, porque, de hecho, ayer mismo miembros de su comité ejecutivo se reunieron con responsables de seguridad para coordinar esfuerzos y repartir tareas. Abdulyalil indicó que hubo «algunas brechas en la seguridad causada por gente vinculada al régimen de Gadafi en algunas áreas».
Con dinero del coronel. Apremiado por la falta de electricidad, agua y gasolina en grandes partes de la capital, el CNT inyectó «cientos de millones» de dinares en efectivo en la economía para tratar de recuperar el ritmo de vida en la capital. Así lo reveló el viceprimer ministro, Alí Tarhouni, quien explicó que el dinero procede de los fondos del antiguo régimen descongelados por países como Turquía y los Emiratos Árabes Unidos. El objetivo es pagar los salarios y facilitar créditos blandos a los comerciantes para que la actividad económica vuelva así a las calles del país.