Fin del narcotráfico en la favela más grande de Río de Janeiro
En apenas dos horas y sin disparar un solo tiro, las autoridades brasileñas recuperaron ayer el control de la Rocinha, la favela más emblemática de Río de Janeiro, y de otras dos barriadas en las que el narcotráfico ejercía el poder desde hacía años.
Con una operación relámpago que no encontró la más mínima resistencia armada, más de 1.500 miembros de la Policías Militarizada y Civil de Río de Janeiro, de la Policía Federal y de la Infantería de Marina, apoyados por 18 blindados y siete helicópteros, pusieron punto final al dominio del crimen organizado en la zona. El Batallón de Operaciones Especiales (Bope), cuerpo de elite de la Policía Militarizada, encabezó la ofensiva detrás de los blindados de la Marina, que aplastaron las pocas barricadas dejadas por los delincuentes en su huida de las tres favelas blanco de la denominada «Operación Choque de Paz». La operación de ayer transcurrió sin incidentes y sólo fue detenido un prófugo de la justicia. «Lo que tenemos en concreto es la liberación de estos habitantes del yugo del fusil», manifestó el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame.