CRISIS EN EL PAÍS ASIÁTICO
El primer ministro de Pakistán, procesado por desacato
El Tribunal Supremo de Pakistán ha abierto este lunes una crisis institucional al procesar por desacato al primer ministro del país asiático, Yusuf Razá Guilani, que de ser declarado culpable debería abandonar el poder.
El Supremo presentó cargos contra Guilani por desobedecer sus órdenes y no escribir una carta al Gobierno suizo para pedir la reapertura del caso por supuesto blanqueo de capitales contra el presidente paquistaní, Asif Ali Zardari. Durante la audiencia, Guilani ha escuchado la acusación contra él y se ha declarado inocente. 'Responderé al pliego de cargos por escrito. Me defenderé', ha afirmado el primer ministro, que ha llegado a la corte arropado por miembros de la cúpula de su partido y del Gobierno.
La próxima audiencia en el Supremo tendrá lugar el 22 de febrero, fecha para la cual la Fiscalía debe presentar sus pruebas, pero la defensa de Guilani no ofrecerá todos sus argumentos contra la acusación hasta el día 27. Pulso con el Ejecutivo El Supremo, enfrentado con el gobernante Partido Popular de Pakistán (PPP), abre así un juicio contra el primer ministro y entabla un pulso con el poder ejecutivo.
Tanto el juicio que ahora debe iniciarse contra Guilani como su salida del Ejecutivo, en caso de que sea condenado, podrían prolongarse semanas o meses. La condena de Guilani podría incluir hasta seis meses de prisión y la pérdida de su acta de diputado. El tribunal ha reiterado estas semanas que cerrará el caso contra Guilani si este pide a Suiza que reabra las causas contra Zardari, pero el Gobierno no da de momento su brazo a torcer. La corte derogó en el 2009 una amnistía aprobada por el régimen de Pervez Musharraf (1999-2007) que permitió la vuelta del exilio de Zardari y su mujer, la exprimera ministra Benazir Bhuto, asesinada en un atentado en diciembre del 2007.
Zardari, conocido como mister 10% por las comisiones que pedía durante los dos Gobiernos de su esposa (1988-1990 y 1993-1996), ya estuvo 11 años en la cárcel por diversas acusaciones existentes contra él, incluida la de ordenar el asesinato de su cuñado Murtaza Bhutto. Salió de prisión en el 2004 a cambio del exilio.