La ONU no se pone de acuerdo en sancionar a Siria
Los observadores de la ONU encontraron ayer una nueva escena del crimen: 13 cadáveres maniatados y ejecutados a sangre fría en Assukar, al este de Siria. En palabras de The Washington Post , su misión en este país, pensada para vigilar un «iluso alto al fuego», se ha reducido a contar los cadáveres de la población masacrada. Son apenas 300 militares y 100 civiles en un país de 22 millones de personas donde el Gobierno les utiliza de coartada para seguir reprimiendo a su gente. Es el juego del gato y el ratón que la comunidad internacional está dispuesta a seguir jugando y no acaba de tomar una decisión para actuar en Siria.