Decenas de miles de opositores a Putin no se dejan amedrentar en Moscú
Decenas de miles de manifestantes se volcaron ayer a las calles de Moscú en demanda de reformas políticas y muestra de que las represiones contra los líderes opositores y el amplio despliegue de fuerzas policiales y militares no consiguieron amedrentarles. El diputado de la socialdemócrata Rusia Justa, Guennadi Gudkov, cifró en declaraciones en «no más de cien mil personas» a los participantes en la concentración ayer en la céntrica avenida Sájarov.
Apretada entre enormes edificios ministeriales y cortada de ambos lados por dos anillos de intenso tráfico, la Sájarov, incluso con los callejones adyacentes, difícilmente pudo albergar a más manifestantes. Sin embargo, el continuo flujo de gente que transitaba permanentemente por el lugar, ya fuera para sumarse al núcleo de manifestantes o abandonarlo, hace suponer que en las acciones de protesta de ayer pudieron participar, según los organizadores, unas 200.000-250.000 personas. La estrechez del lugar de la concentración fue acentuada aún más por las aplastantes medidas de seguridad desplegadas por las autoridades.
Las protestas comenzaron con la Marcha de los Millones . A diferencia de los mítines opositores anteriores los discursos de ayer tuvieron un tono más moderado y pragmático. Aunque no faltaron las demandas de «dimisión inmediata de Putin y su camarilla», dominaron el mitin los llamados a encauzar las protestas en movimientos y nuevos partidos políticos, a convertirse en alternativa al régimen actual. «Las autoridades dicen que la oposición es incapaz de proponer nada y no hay por tanto con quién dialogar. Pero ellos mismos contribuyen a que las protestas se vayan configurando en demandas y los descontentos se conviertan en opositores», dijo la opositora Irina Jakamada.
Esta nueva tendencia fue reconocida ayer implícitamente por el propio presidente ruso, Vladímir Putin, quien por primera vez dejó entrever su disposición a buscar compromisos.