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Trama ‘Dallas’ en El Elíseo

. . La primera dama apoya en las legislativas al contrincante de Ségolène. Royal, ex pareja de Hollande.

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f. iturribarría | parís
León

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Él apoya a su antigua compañera. Ella respalda al adversario de la ex. Parece la trama de una comedia de enredo con el tradicional aderezo de cuernos, celos e infidelidades. Pero es el último capítulo de la política francesa en clave de rencillas femeninas. Él es François Hollande, el presidente normal . Ella, Valérie Trierweiller, primera dama y periodista. La ex es Ségolène Royal, madre de los cuatro hijos del político que la abandonó por la otra. El cuarto en discordia es el diputado socialista de La Rochelle Olivier Falorni, candidato el próximo domingo al mismo escaño al que aspira la ex.

El episodio del día comenzó el martes. Royal declaró en la cadena BFM-TV que Hollande la había llamado para decirle que «evidentemente» la apoyaba, lo que es totalmente... «normal», claro. En su plataforma electoral publicó un mensaje del presidente, fechado el lunes, en el que proclama que su ex compañera es la única candidata que «puede prevalerse de mi respaldo y de mi apoyo». La bomba en medio de la vida en rosa estalló. Era un artefacto casero confeccionado en su cuenta de Twitter por Trierweiller. El texto decía: «Ánimo a Olivier Falorni, que no ha desmerecido y que pelea al lado de los rocheleses desde hace tantos años con un compromiso desinteresado». Traducción: a Ségolène, esa espina clavada en el corazón, ni agua de rosas.

Por otra parte, la plana mayor del Partido Socialista francés reiteró ayer su respaldo a la ex candidata presidencial Ségolène Royal en su carrera por ser elegida diputada frente a un disidente de la formación que ha decidido mantener su candidatura y al que los sondeos dan ganador con mucha diferencia. Una encuesta publicada ayer predice que Olivier Falorni, líder de la federación socialista de La Rochelle durante años, se impondrá con el 58% de los votos. Así, la circunscripción gala este, que parecía clara para los socialistas, se ha convertido en un quebradero de cabeza para el partido.