Diario de León

Latinoamérica califica de «golpe de Estado» la nueva presidencia paraguaya

Federico Franco llega al poder tras la destitución por «juicio político» de Fernando Lugo.

Federico Franco, en el centro, junto a su nuevos ministros del Interior y Exteriores.

Federico Franco, en el centro, junto a su nuevos ministros del Interior y Exteriores.

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efe | asunción

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«Acá no hay golpe», aseveró ayer el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, quien se mostró confiado en lograr el reconocimiento de los países vecinos y prometió entablar contacto con ellos «en su debido momento».

En su primera rueda de prensa a medios internacionales, el mandatario admitió que su situación «no es fácil» y que «hay inconvenientes con la comunidad internacional», pero defendió la legalidad del «juicio político» por el que fue destituido el viernes Fernando Lugo de la Presidencia del país, y su llegada al poder. «Acá no hay golpe, no hay quiebre institucional. Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permite para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable», mantuvo.

Tras el fracaso de las gestiones para frenar la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, los países de la región amenazaron ayer al nuevo Gobierno de Federico Franco con la posibilidad de expulsar al país de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y del Mercosur —el bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay—. Lugo, que ya descansa en su casa, no parece dispuesto a resistir y se despidió de sus conciudadanos. Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela calificaron el viernes de «golpe de Estado» la destitución de Lugo.

Una misión de cancilleres del bloque sudamericano intentó hasta ayer mismo mediar en la crisis paraguaya, advirtiendo que se podría producir un quiebre democrático si Lugo no recibía garantías para su defensa en el juicio político, dada la premura de todo el proceso.

El presidente paraguayo tiene apenas un año por delante para revertir un declive de la economía que, en el primer trimestre del 2012, supuso una retracción del 2,6% del PIB por el desplome de su actividad agrícola y ganadera. La pésima cosecha sojera y la pérdida de principales mercados de exportación para la carne bovina tras el brote de fiebre aftosa detectado en septiembre del 2011, supusieron una variación del 28,1% en el sector agrícola y del 2,3% en el ganadero en el primer trimestre, según datos del Banco Central (BCP). El informe del BCP, hecho público en plena asunción de funciones por parte de Franco, confirma las previsiones para el conjunto del año: una caída al -1,5% del PIB, frente al crecimiento del 13,1 en el 2010 y del 4,4 en el 2011.

El nuevo presidente, cuya legitimidad cuestionan sus vecinos, prometió dos grandes actuaciones: una solución «inmediata» al añejo conflicto por la tierra y una política energética que fomente la industrialización del país.

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