Rajoy elude el triunfalismo para no agraviar a Merkel
Mariano Rajoy, el día que la prensa europea otorgó a España e Italia el título de indiscutibles vencedores en esta decisiva cumbre, eludió cualquier gesto triunfalista que pudiera incomodar a Angela Merkel, su socia natural en la UE. «Es un triunfo para el euro», espetó el presidente del Gobierno, que no quiso desvelar ni cómo ni cuándo se forjó su alianza táctica con el primer ministro italiano, Mario Monti, que se ha erigido en el principal contrapeso al discurso de la canciller alemana.
Rajoy se siente más cómodo del lado del Merkel, porque es un convencido de que la austeridad es la llave del crecimiento económico. De hecho, reiteró públicamente su compromiso irrenunciable con la consolidación fiscal y el saneamiento de las cuentas públicas. Tranquilizó a su principal valedora adelantando que en los próximos meses aprobará nuevas reformas y ajustes, aunque sin concretarlos.
Rajoy, durante la rueda de prensa que ofreció tras el Consejo, dio la impresión de sentirse incómodo y huidizo ante cualquier alusión al supuesto éxito de España en la cumbre. Ni siquiera hizo una valoración política. Se limitó a echar balones fuera.