La lucha por el control de Damasco se libra calle a calle tras el atentado
La ONU no llega a un acuerdo por el veto de Rusia, que no quiere intervención en Siria.
La lucha entre los rebeldes y las tropas gubernamentales por el control de Damasco se libró ayer calle a calle en el corazón de la capital, en medio de duros bombardeos del régimen en todo el país para aplastar la insurrección. Tras el atentado que descabezó la víspera el Ministerio sirio de Defensa, el mayor golpe asestado por los rebeldes al régimen desde marzo del 2011, las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad intensificaron sus acciones tanto en Damasco como en otras ciudades.
En una escalada de la violencia de difícil solución, los combates prosiguieron en barrios como Al Midan y Al Qabun, según los grupos opositores, aunque las autoridades afirman perseguir a supuestos terroristas. El «número dos» del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), Malek Kurdi, explicó por teléfono que en estos dos barrios se libran duros enfrentamientos y que las tropas del régimen han irrumpido en ellos con tanques. La oposición también denunció la muerte de decenas de personas por la violencia en el país, principalmente en Damasco y sus alrededores. Según los Comités de Coordinación Local esta cifra asciende a 94, entre civiles y desertores, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos documentó 62.
En cuanto al Consejo de Seguridad de la ONU, que celebró ayer una reunión sobre Siria, Mood pidió «una unidad efectiva en torno a un plan político que responda a las aspiraciones del pueblo sirio y que sea aceptado por las partes». Rusia vetó el proyecto de resolución occidental que amenazaba con imponer sanciones al régimen sirio en un intento de evitar una intervención militar en Siria, dijo el embajador ruso, Vitaly Churkin. El mediador internacional para Siria, Kofi Annan, expresó su «decepción» por la incapacidad de actuar ante la escalada de violencia en Siria, al rechazar por el veto de Rusia y China una resolución para aumentar la presión al régimen de Al Asad. El Gobierno de EE.UU. tildó de «muy lamentable» el veto de China y Rusia y agregó que no apoya que la misión de observadores de la ONU en el país árabe sea extendida.