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EFE | PARÍS

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El presidente francés, François Hollande, reconoció ayer la responsabilidad de Francia en la persecución de los judíos en la Segunda Guerra Mundial, durante el acto de homenaje a los 13.152 judíos deportados hacia los campos de exterminios de la Alemania nazi tras la redada de Vel’ d’Hiv’ de París, hace 70 años.

«Esos crímenes fueron cometidos en Francia, por Francia», dijo el jefe del Estado francés en el lugar donde se encontraba el velódromo de invierno, demolido en 1959, en el que los 16 y 17 de julio de 1942 se retuvo «en condiciones inhumanas» a la mayoría de los prisioneros deportados después a los campos de concentración nazis.

Hollande recordó la «lucidez» y «valentía» del conservador Jacques Chirac, quien en 1995 se convirtió en el primer presidente francés en reconocer la responsabilidad de la Francia colaboracionista en las deportaciones durante la Segunda Guerra Mundial, y a quien el socialista Hollande visitó el sábado.

«Fueron asesinados por el único motivo de ser judíos», dijo ayer en París el jefe del Estado, quien recordó que fueron la policía y la gendarmería francesa quienes se encargaron de la operación, en la que no hubo que movilizar «ni a un solo soldado alemán».

Su presencia en el acto evidenció «la voluntad de Francia de honrar a los muertos sin sepultura», agregó el presidente francés, en un discurso emotivo que había levantado expectación, en parte también, por el guiño del presidente hacia la interpretación histórica del conservador Chirac, con quien Hollande mantiene una fluida relación personal.

De esa forma, el actual jefe del Estado francés se separó de la tesis de su mentor político y primer socialista que llegó al Palacio del Elíseo en la V República, François Mitterrand (1981-1995), quien no reconocía la responsabilidad de Francia pues entendía que, durante la ocupación alemana, la única Francia legítima era la que se enfrentaba al nazismo. No obstante, Hollande precisó que las deportaciones de judíos y gitanos ordenadas por el Gobierno colaboracionista de Vichy fueron también un crimen cometido «contra Francia, contra sus valores, contra su ideal». No habrá «memoria perdida», subrayó el presidente francés.