Los disturbios de Amiens y la crisis empañan los 100 primeros días de Hollande
Los problemas, y en primer lugar la crisis, se le hicieron presentes ayer al presidente francés, François Hollande, que cumplió la cifra simbólica de 100 días desde su elección sometido, cada vez más a críticas que minan su popularidad. La fecha del primer balance de la presidencia de Hollande quedó marcada por los disturbios que se desencadenaron durante la noche y parte de la madrugada de ayer en uno de los barrios identificados como los más conflictivos del país, al norte de la ciudad de Amiens. Un centenar de jóvenes protagonizaron allí una verdadera batalla campal con las fuerzas del orden —16 de cuyos agentes resultaron heridos— e incendiaron tres edificios públicos así como numerosos coches y abundante mobiliario urbano. El jefe del Estado socialista, dedicó una parte de su discurso a los altercados de Amiens para anunciar que «el Estado movilizará todos sus medios para combatir esta violencia».
Pero el mayor reto para Hollande, y lo que más ha contribuido a erosionar su popularidad en los tres primeros meses de mandato, es la crisis económica, que se hizo ayer presente al publicarse los datos del Producto Interior Bruto (PIB) entre abril y junio, cuando la economía francesa siguió estancada por tercer trimestre consecutivo.